Miguel y Blanca, nombres ficticios utilizados en esta nota, son una pareja de esposos de 70 y 57 años que soñaban con disfrutar de su jubilación este año. Sin embargo, un accidente de tránsito en el kilómetro 75 de la carretera Panamericana Norte cambió drásticamente sus planes. Su hija relató que el 9 de octubre, a las 8:30 p.m., mientras regresaban a su hogar en la urbanización Sacobsa, en Talara, un automóvil perdió el control al intentar evitar una trocha peligrosa e invadió el carril contrario. Esto provocó un choque lateral que desplazó el vehículo de la pareja 10 metros fuera de la carretera.
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Las consecuencias para los esposos fueron devastadoras. Blanca sufrió fracturas en la cuarta vértebra lumbar y en el radio distal de la muñeca izquierda, lesiones que requirieron dos intervenciones quirúrgicas. Miguel, quien conducía el vehículo, también resultó gravemente herido, fracturándose la rótula de la rodilla derecha, lo que requirió cirugía, además de presentar un hematoma en la cabeza.
Los médicos que atendieron el caso estiman que ambos necesitarán entre seis meses y un año para recuperarse. Miguel tuvo que utilizar los ahorros de su jubilación para cubrir los gastos de las intervenciones, lo que ha pospuesto sus planes de una vejez tranquila.
Casos como este ocurren a diario en Piura. Según el ingeniero Jesús Pauta La Torre, director de Transporte Terrestre de la Dirección Regional de Transportes y Comunicaciones de Piura (DRTC Piura), la región ocupa el quinto lugar a nivel nacional en accidentes de tránsito. El funcionario explicó que entre enero y octubre de este año se registraron 2,598 siniestros viales; de estos, 251 fueron accidentes fatales, dejando un saldo de 229 fallecidos y 167 heridos. Entre los incidentes, 106 fueron producto de choques, 28 por atropellos y 63 por despistes.
Pauta
La Torre precisó que la mayoría de estos siniestros ocurren en carreteras y avenidas urbanas, principalmente en puntos críticos (zonas con alta frecuencia de accidentes debido a factores como curvas peligrosas y la complejidad geográfica del terreno). Asimismo, atribuyó esta situación al deterioro de las vías y a la deficiente señalización, aspectos que deben mejorarse.
De acuerdo con el director, el exceso de velocidad continúa siendo la principal causa de estos accidentes, seguido del estado de ebriedad, que afecta gravemente la capacidad de reacción del conductor. Jorge Espinoza, decano del Colegio de Médicos de Piura, advirtió que consumir tan solo tres cervezas pequeñas puede llevar a un conductor a alcanzar los 0.5 gramos de alcohol por litro de sangre, que es el límite máximo permitido, según el Reglamento Nacional de Tránsito.
Para prevenir estos siniestros, Jesús Pauta La Torre enfatizó la gran responsabilidad que implica poseer una licencia de conducir; un compromiso que no debe tomarse a la ligera.
(Esta nota ha sido elaborada por estudiantes de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Piura. Colaboraron: Alfonso Beltrán y Belén Zárate, en redacción; Jorni Gallo y Grecia Pretell, en investigación; y Grecia Pretell, en fotografía).