Dos adolescentes de 17 años y una de 14, fueron rescatadas por la PNP. La menor de ellas tenía una denuncia por desaparición.
Dos adolescentes de 17 años y una de 14, fueron rescatadas por la PNP. La menor de ellas tenía una denuncia por desaparición.

Tres menores de edad, una de ellas de 14 años, fueron rescatadas por detectives de la sección de Trata de Personas de la Divincri de manos de una mafia que las prostituía al mejor postor, en el distrito de Veintiséis de Octubre. Una joven de 18 años, que las reclutaba y facilitaba la alimentación, fue intervenida.

El último martes a las 12:35 de la tarde, los agentes intervinieron a Yanina Nicol G.C. (18) frente al terminal pesquero José Olaya en el asentamiento Las Capullanas, junto con las adolescentes M.F.A. (17), N.Q.J. (17) y una menor de 14 años. Esta última había fugado de su domicilio el pasado 22 de febrero e, incluso, su progenitora denunció su desaparición en la Divincri.

Las menores y la joven de 18 años fueron trasladadas a la Divincri, donde se alertó a la Fiscalía de Trata de Personas y a la Unidad de Protección Especial, quienes acogieron a las dos menores de 17 años por encontrarse en abandono moral.

UNA JOVEN CAPTABA A LAS MENORES

Según fuentes policiales, Yanina Nicol, presuntamente era quien captaba a las adolescentes, y luego las acogía y realizaba el contacto con personas externas para los servicios de prostitución.

El jefe de la Divincri, Walter Castro, precisó que la joven detenida era el brazo operativo de una mafia de trata de personas que favorecen a la prostitución. “Detrás de la joven hay una persona que puede ser un proxeneta o mafia de mayor nivel que se dedica a exponer a la prostitución. Estamos en las investigaciones para determinar a dicha mafia que opera utilizando a las jóvenes que reclutan a las menores”, dijo el oficial.

Para la Policía, la intervenida acogía a las adolescentes permitiendo el desarraigo familiar de estas, quienes muchas veces se encuentran en situación vulnerable o en hogares con problemas, que es aprovechado por los tratantes de personas. 

“La acogida es la parte donde se guarece a las personas que están sujetas a este tipo de delitos para que tengan un hospedaje y alimentación, pero si no hubiera esta acogida no se permitiría el desarraigo familiar”, indicó.