En la comuna de Piura pareciera que no existiera una división de Ornato. Las calles piuranas se han convertido en una “jungla”: hay casas abandonadas y otras ocupadas, de donde sobresalen las ramas de árboles, frescas y secas.
Algunas incluso cerca a la municipalidad, otras en la Corte Superior de Justicia, y en las calles Lima, Callao, Libertad, Tacna, entre otras.
Este panorama hace pensar que la comuna no cuenta con personal que se encargue de podar estos árboles y darle otra prestancia a las calles del casco urbano.