Delincuentes de Sullana recaban los datos de las víctimas y se las otorgan a hampones de Pacasmayo y Chimbote para que hagan llamadas intimidatorias.
Delincuentes de Sullana recaban los datos de las víctimas y se las otorgan a hampones de Pacasmayo y Chimbote para que hagan llamadas intimidatorias.

Bandas de extorsionadores que operan en la provincia de , vienen utilizando la modalidad del “rebote” o “espejo” para extorsionar a pequeños y medianos empresarios, a quienes los intimidan pidiéndoles entre S/10 mil, S/20 mil y S/30 mil.

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Trabajo

La Policía del Departamento del Investigación Criminal (Depincri) de Sullana, tras un trabajo de seguimiento a los números de celulares que extorsionan estos sujetos que se autodenominan como integrantes de las bandas “Los Malditos del Norte”, “Malditos del Sur” y otras más, ha detectado que utilizan a personas de otras ciudades del país.

La modalidad del “espejo” o “rebote” consiste en que los delincuentes que son oriundos de Sullana y Piura, buscan a los dueños de restaurantes, pollerías y otros locales para extorsionarlos, y luego comparten los datos con delincuentes de otras regiones.

“Tras haber captado a sus víctimas, estos hampones que son de Sullana o Piura, se consiguen los números de celulares, dirección y datos personales de ellos, como familiares y lugares de trabajo, y todo esto se lo informan a otros delincuentes de Pacasmayo (La Libertad), Chimbote y Lima, quienes son finalmente los que llaman desde allá a los empresarios”, indicaron a Correo.

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Tras hacer el seguimiento de los números extorsivos se percatan que no son de la zona y cuando solicitan que sean rastreados por la unidad especializada de la Policía en la capital, detectan que corresponden a otras ciudades y son dados de baja rápidamente y utilizan así diversos números móviles.

Ante el incremento de casos de extorsiones, esperan que el Gobierno Central pueda equipar con moderna tecnología a la Policía para que puedan ubicar con mayor precisión y rapidez a los delincuentes que intimidan a sus víctimas que muchas de ellas acceden a sus peticiones y no denuncian en las dependencias policiales.