El hombre de mar, de 61 años, y su hija Inés Napa se abrazaron a su llegada a Lima.
El hombre de mar, de 61 años, y su hija Inés Napa se abrazaron a su llegada a Lima.

Máximo Napa Castro, el pescador peruano que estuvo 96 días perdido en altamar, llegó a Lima después de haber estado en Paita, en la región Piura, y fue recibido por sus familiares en el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez.

MIRA: Ministro de Justicia: Personas que incurrieron en delitos no pueden seguir contratando con el Estado

Como se sabe, el último 7 de diciembre Máximo Napa, llamado cariñosamente por sus seres queridos y amigos como “Gatón”, partió en su bote artesanal del puerto de San Juan de Marcona de Nasca y el 18 de diciembre del 2024 perdió contacto cuando se encontraba a 40 millas de la isla Santa Rosa en Pisco.

La intensa búsqueda terminó el 11 de marzo tras ser hallado por un buque ecuatoriano a 388 millas en aguas internacionales. En la víspera, “Gatón” llegó a suelo peruano, de acuerdo con la Marina de Guerra. A su llegada a Paita, Piura, se reencontró con su hermano y contó su dura experiencia de supervivencia, en la que tuvo que comer insectos y aves para seguir con vida; así como tomar la sangre de una tortuga porque tenía mucha sed.

La tarde de este sábado Máximo Napa Castro arribó a la capital en el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez en medio de gran expectativa, donde fue recibido por su hija, para finalmente trasladarse hasta Pisco para abrazar a su madre y demás seres queridos.

El hombre de mar, de 61 años, y su hija Inés Napa se abrazaron; y se reencontró otros parientes.He vuelto a nacer. Crean en Dios. No pierdan la fe. Dios existe. Sin duda, esta ha sido una gran prueba para ser mejor. para ser mejor persona, para portarme mejor, para decirles a mis familiares que los amo. Mamá te amo”, dijo a la prensa el pescador que desea reencontrarse con su progenitora.

“Yo no quería morir, he llegado a comer cucarachas, pájaros, lo último fue (una) tortuga, no quería morir. Tengo a mi madre viva, no quería morir por mi madre. Tengo una nieta de dos meses, me aferré a ella, todos los días pensaba en mi madre”, expresó Máximo Napa Castro.

Napa contó que su fe lo ayudó a resistir. Explicó que en un momento crítico tuvo una visión de Jesús y recibió lo que considera una “señal” en forma de una tortuga, cuya sangre le dio fuerzas para continuar.

TE PUEDE INTERESAR: