Los restos de Juan Mckniff llegaron la noche del sábado a Chulucanas.
Los restos de Juan Mckniff llegaron la noche del sábado a Chulucanas.

Una multitud de fieles católicos de acompañó ayer el cortejo fúnebre del padre Juan McKniff hasta su última morada, en la parroquia San José Obrero. Su última voluntad fue que sea sepultado en su iglesia de Chulucanas. Él pertenecía a la Orden de San Agustín y fue amigo del papa León XIV.

El sepelio

Desde las primeras horas de la mañana, cientos de niños, jóvenes, adultos y ancianos se congregaron en la parroquia San Ramón, de donde partieron rumbo a la parroquia San José Obrero, llevando en hombros el féretro del padre agustino.

El cuerpo del padre Juan MckNiff, quien ya es siervo de Dios y va camino a la Beatificación, llegó la tarde del sábado acompañado por integrantes de la Curia Romana, agentes especiales de la Iglesia Católica enviados por el papa León XIV para custodiar su cuerpo.

Juan MckNiff sirvió en Chulucanas entre los años 1972 hasta 1994, año en el que falleció en un viaje a Miami. Sin embargo, su última voluntad fue que sea sepultado en su iglesia de Chulucanas.

El agustino Juan McKniff llegó a Chulucanas en 1988, cuando tenía 85 años, año cuando también arribó Robert Prevost al país, por segunda vez, a Trujillo.

Juan McKniff falleció el 24 de marzo de 1994, en Miami, justo antes de volver a Perú.

El padre agustino, Fidel Alvarado, contó que después de 31 años se hace realidad el deseo de Mckniff de ser sepultado en Chulucanas.

“Es una alegría porque hemos estado en el proceso de traer sus restos con muchas dificultades, costos y papeleo, pero en diciembre del año pasado se creó una comisión para ingresar en el segundo momento de canonización, que es declararlo Siervo de Dios”, explicó Alvarado.

Recalcó que la llegada del cuerpo del agustino a Chulucanas es un signo de esperanza para el Perú.

“El papa León XIV y Mackniff ya se conocían antes de llegar al Períu”, dijo Alvarado.

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