La planta termoeléctrica de Malacas, una de las principales fuentes de suministro eléctrico para la región Piura, estaría operando apenas al 30 % de su capacidad debido a una preocupante escasez de gas.
La reducción en la generación de energía ya ha comenzado a impactar directamente en la población. Diversos sectores de Talara experimentan apagones intermitentes, lo que ha generado caos entre vecinos, comerciantes y establecimientos de salud que dependen del servicio eléctrico para su normal funcionamiento.
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“Ya van varios días que la luz se va sin previo aviso. Se malogran los electrodomésticos, no podemos trabajar”, expresó una madre de familia afectada, residente en el sector norte de Talara.
La situación se vuelve aún más delicada si se considera que esta planta, junto a la vecina planta eólica de Talara, inyectan energía al Sistema Eléctrico Interconectado Nacional (SEIN), del cual Enosa extrae el suministro para abastecer a Piura.
La consejera por Sullana, Rosa Seminario Arca, propuso la creación de una mesa técnica multisectorial para coordinar soluciones concretas.
Además, planteó la posibilidad de impulsar una ordenanza regional sobre seguridad energética, que obligue a los actores públicos y privados a garantizar un mínimo operativo de generación eléctrica para evitar futuras crisis.