Sus familiares exigen que se aceleren las investigaciones para poder identificar al homicida.
Sus familiares exigen que se aceleren las investigaciones para poder identificar al homicida.

La tarde de ayer, el rondero (38) fue sepultado en el cementerio de Carmen de la Frontera, en medio del dolor de sus familiares, quienes exigieron justicia por su muerte.

El sepelio se realizó en el caserío Rosarios Bajos, del centro poblado de Carmen de la Frontera, en la provincia de Huancabamba, donde vivía el expresidente de las rondas campesinas junto a su esposa e hijos.

“Que la muerte de mi hermano no quede impune, queremos que se haga justicia”, dijo entre sollozos su hermana Deysi Correa Palacios, quien viajó hasta la zona para acompañar a su familia en el sepelio.

Por su parte, Mary Manchay Palacios, hermana de la víctima, señaló que aún esperan los resultados de las muestras que se enviaron a Lima para conocer cómo fue asesinado su hermano y desde cuándo. Pidió a las autoridades acelerar las investigaciones para dar con el o los asesinos de Gilmar Manchay.

“La verdad queremos que nos apoyen, se trata de una vida, la forma de cómo lo han torturado, queremos ayuda del fiscal, jueces, la Policía, esto es un caso muy grave, hoy nos pasa a nosotros, después serán otros. Pedimos que nos apoyen por favor”, sostuvo Manchay Palacios.

Su esposa y sus tres hijos de 18, 15 y 13 años lloran su muerte, así como sus hermanas y su madre quienes, además, piden justicia.

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