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Ricardo Vega Posada(+) fue uno de los más grandes impulsores del proceso de toma de tierras en el Altiplano peruano (Puno) durante los años ochenta, contribuyendo de esa manera al proceso cambió para siempre el rumbo campesino de esta parte del país.
Para el historiador José Luis Rénique, autor de “La Batalla por Puno” (2016), la toma de tierras ha sido uno de los cambios sociales más trascendentales, aunque por mucho tiempo, esto no haya significado lo mismo para Lima.
FAN. Pues bien, aunque Ricardo Vega haya fallecido hace algunos años, sus amigos y quienes lo conocieron lo rememoran hoy, a propósito de la última entrega del Premio Nobel de Literatura al poeta y cantante norteamericano Bob Dylan, ídolo del activista puneño. ¿Por qué?
El mismo José Luis Rénique lo recordó en su cuenta de la red social Facebook de esta manera: “Hoy recordé a mi amigo Ricardo Vega Posada (barranquino de origen, puneño de corazón) quien, en los años 80, le escribió una carta a Dylan (su gran ídolo) pidiéndole que escriba una canción sobre las tomas de tierras en Puno. Años después, otro fan de Dylan, Alberto Vergara, usaría a Dylan -inspirado en Ricardo- como "marco teórico" de su prólogo a la 2da edición de La Batalla por Puno (Siniestra Ensayos/Universidad Nacional de Juliaca, 2016)”.
Ricardo Vega era precisamente uno de los seguidores de Dylan en el Altiplano, quienes lo conocieron afirman que las canciones del Nobel lo acompañaron en sus interminables viajes por las pampas puneñas, en donde asesoraba a organizaciones campesinas para la reivindicación por la tierra. Sin embargo, no se conoce si Dylan haya respondido a la misiva de Vega Posada.
LA CANCIÓN. Inspirado en el pedido de Ricardo Vega a Dylan, en 2016 el politólogo Alberto Vergara escribió un prólogo a “La Batalla por Puno” adaptando una canción del Nobel al proceso de toma de tierras.
Se trata de All along the watchtower. A continuación transcribimos la cita de Vergara.[Esta breve y monumental canción se abre con un verso que impone inmediatamente un universo de opresión: “Tiene que haber una manera de salir de aquí le dice el bufón al ladrón” (There must be some way out of berel said the joker to the thief). Las tres líneas siguientes prosiguen con el lamento del bufón sobre ese lugar/orden que habitan: hay demasiada confusión, se beben su vino, labran su tierra, no encuentran alivio. El diálogo continúa en la segunda estrofa con el ladrón consolando al bufón: aun si para la mayoría aquí la vida no es más que una broma, “este nuestro destino” (this is not our fate). repentinamente, el tono parece vibrar hacia la acción: “Ya no estamos hablando falsamente, se nota que está pasando la hora” (So let us not talk falsely now bour is getting late).
En la tercera y última estrofa, Dylan cambia completamente de escenario dos veces. Primero, nos transporta a un torreón desde el cual los principales desparraman la visita (All along the watchtower/princes kept the view), mientras mujeres y sirvientes descalzos van y vienen. Entendemos que se trata de un universo con jerarquías sólidas( y es razonable asumir que el ladrón y el bufón se ha quejado desde algún punto intermedio de esa pirámide social). En los dos versos finales somos trasladados a las afueras de la ciudadela: “A la distancia se oye el gruñido de un felino salvaje (a wildcat did growl) dos jardines se aproximan y el viento empezó a aullar (two riders were approaching / the wind began to bowl)”. Fin].
Esta es la canción del Nobel Bob Dylan a la que se refiere Alberto Vergara y que quizás haya pedido el activista campesino Ricardo Vega.
