Virgen de la Candelaria: Historia y origen de este culto en el Perú
Virgen de la Candelaria: Historia y origen de este culto en el Perú

De acuerdo a la referencia bibliográfica, se puede señalar un punto de origen de la  cerca del año 1400 cuando una imagen de la Virgen María fue encontrada en el orilla del mar por dos pastores de una isla canaria llamada Tenerife en España.

La denominación de Candelaria, es de origen sincrético, es decir, una mezcla de tradiciones paganas y cristiana pues, antes de la era cristiana existía una festividad celebrada a inicios de febrero donde las candelas o velas eran el elemento principal y, para reemplazar unas fiestas llamadas lupercales se instituyó la fiesta de la Luz.

Posteriormente, luego del episodio dado en Tenerife, fue la imagen de la Virgen la que dominó en la fiesta de la Luz celebrada el 2 de febrero.

Origen del culto 

Con la llegada de los españoles llegaron sus creencias y sus santos. La Virgen de la Candelaria fue acogida por los pobladores.

En el Perú, se cuenta que “los monjes no sabían cómo introducir la religión católica en la región. Por ello pusieron alrededor de la Virgen la corona del resplandor y en la parte baja, pusieron la Luna, porque en ese entonces los incas quechuas y aimaras veneraban al sol y a la luna. Entonces para los españoles se veneraba a la Virgen y para los nativos a su Inti y a su Quilla”. tal como lo explicó Delbert Terán Dianderas presidente de la Asociación Cultural Brisas del Titicaca.

Su llegada a esta parte del continente puede ser marcada en la historia con los siguientes episodios. En una escritura del 1 de agosto de 1707, el ciudadano Felipe Valdez concede una vivienda en alquiler al Marqués de Villa Rica, consignando dos tabernas doradas con sus imágenes en bulto, en uno de ellos un crucifijo y en el otro la imagen de la Candelaria.

Tradición en Puno

Se relata que en tiempos de las luchas entre el ejército patriota contra el virreinal, la ciudad de Puno fue sitiada por un numeroso grupo de rebeldes liderado por el caudillo aymara Túpac Catari y Pedro Vilcapaza de Azángaro, quien continuaba con la revolución iniciada por Túpac Amaru II.

En los primeros meses de 1781, los rebeldes intentaron tomar la ciudad, el reducido número de pobladores se defendía con mucho coraje, pero su inferioridad numérica no daba contienda ante tan feroz ataque.

Desesperados los pobladores optaron por sacar a la virgen en procesión, tras implorarle su protección durante toda la noche, los pobladores observaron atónitos como los enardecidos sitiadores abandonaron el lugar.

Aparte de esta versión, existe otra que narra que la Virgen se le apareció a un nativo de la zona que cuidaba el caserío de su amo, la cual estaba ubicada a riberas de un riachuelo en las faldas del Cerro Huajsapata.

Ella tenía la apariencia de una señora elegante con rostro sereno, con un niño en brazos, La Virgen le pidió permiso para poder lavar las ropas de su hijo en el riachuelo a cambio de cuidar el predio hasta su regreso. Cuando el nativo regresó con su amo, quién no creía esta historia, encontraron el busto de la Virgen, vestida de blanco, con sus ropas aun mojadas, lo cual lo convenció de que se trataba de un milagro.