Miles de personas ayer se aglomeraron en los cementerios de la ciudad de Juliaca, con motivo de Todos los Santos, los más concurridos fueron La Capilla, Central y Chilla. Por tradición los ciudadanos acuden el 2 de noviembre de cada año.
Desde la noche del 1 de noviembre, los pobladores arman tómbolas entre pequeñas y grandes en sus viviendas, con ofrendas de fruta, t’anta wawas, galletas, dulces, comida, velas y las fotografías de sus seres queridos que ya no los acompañan en vida.
Al día siguiente todos estos alimentos son llevados a los camposantos, donde la familia aprovecha para reunirse y acompañar a los difuntos en sus tumbas y de esa forma recordarlos con el paso de los años.
Los primeros tres años son más grandes, posteriormente se llevan las flores y las ofrendas a los cementerios.
La Policía y Serenazgo, en coordinación con la Beneficencia Pública garantizaron la seguridad y orden con el fin de evitar incidentes. Una fuerte lluvia se produjo desde las 13:00 horas, pero eso no evitó que las personas cumplan la tradición y costumbre como cada año.
En los exteriores de los cementerios se instalaron comerciantes de diversos productos alusivos a esta fecha. En el interior los rezadores, los que arreglan las tumbas y pintan o arreglan las cruces fueron los más beneficiados e hicieron su agosto. Muchos se despidieron de sus familiares hasta el año 2019.