20 mujeres fueron victimadas tras agresiones físicas, psicológicas y sexuales

La impotencia ante el maltrato, la infidelidad o los celos pueden generar trastornos psicológicos en las víctimas de la violencia familiar, que las lleva adoptar acciones como el suicidio, tal como ocurrió en la noche del pasado martes cuando María Poma Nina ingirió un potente veneno para acabar con su vida y la de su hija, para ser una víctima del ciclo de la violencia contra la mujer.

Para la especialista en comunicaciones del Centro Emergencia Mujer (CEM), Jeannette Dávila Brondi, los constantes maltratos llevan a las víctimas de violencia familiar adoptar estas acciones ante la falta de apoyo para denunciar los hechos de maltrato y además tener baja autoestima.

CIFRAS. Hasta octubre de este año se reportaron en el CEM, 435 denuncias por violencia familiar, de ellos 393 corresponden a mujeres, y pese a quejar a su agresores se tiene un registro de 88 personas que han vuelto a ser golpeadas o maltratadas por el amor enfermizo que se profesan.

De las denuncias, el 49% corresponde a violencia psicológica, 40% es física, y el 11% es sexual; en el último caso son 31 casos por violencia sexual y 10 por abuso sexual infantil. De los registros, el 84% son por violencia moderada y el 16% es severa.

Dávila aclaró que las víctimas, en su mayoría, vuelven con sus agresores ya que confían que sus parejas puedan cambiar, lo cual no ocurre, e incluso desisten en denunciarlos, y lo que es peor, los defienden. Esto es conocido como el Síndrome de Estocolmo.

“Los operadores contra la violencia familiar deben atender a las víctimas sin juzgarlas, así sean éstas reincidentes, estamos para apoyarlas”, expresó.

En una entrevista anterior a Diario Correo, la psicóloga del CEM Cecilia Montoya explicó que la mayoría de mujeres que sufren de violencia tienen antecedentes de agresiones en su niñez o juventud, lo que las lleva aceptar los maltratos de sus parejas como si fuera algo natural.

Solo en la Comisaría de la Familia, entre enero y octubre de este año, se tiene 127 reincidencias de víctimas de agresión, de un total de 174 casos presentados.

Además, solo 24 de los agresores actuaron en estado de ebriedad, lo que indica que la mayoría lo hizo consciente de sus actos al maltratar a sus parejas e hijos.

PREVENCIÓN. Para evitar la violencia familiar, el CEM ejecuta las campañas “La mujer no es un objeto, respétala” y “Si te quieren, que te quieran bien”; e inició la labor en 25 colegios ya que las agresiones en primera instancia se da en la etapa de enamoramiento o noviazgo.

El Centro de Emergencia Mujer cuenta con 46 facilitadores en acciones en los distritos Alto de la Alianza, Gregorio Albarracín y Pocollay, donde identifican los casos y sensibilizan a las víctimas a denunciar a sus agresores.

Otro mecanismo son las encuestas bimensuales que se realizan en los hogares para identificar nuevos casos por el CEM y los facilitadores.

“Las víctimas de violencia pueden acudir al CEM, ubicado en la Av. Prolongación Hipólito Unanue 970 , o llamar a la línea gratuita 100, para brindarles asistencia y asesoría legal”, comentó Dávila.

Un total de dos feminicidios se han registrado en el año con el asesinato a una adolescente y a una madre de familia, además hubo dos tentativas. Además 20 mujeres han sido asesinadas por sus parejas durante los últimos cinco años en la región.

ANIVERSARIO. El Día Internacional de la Violencia Contra la Mujer se recuerda hoy. El domingo se reconoció a los facilitadores en el auditorio de la CSJT y hoy habrá un pasacalle que se iniciará en la Plaza de la Mujer a las 16 h.