Decenas de niños y jóvenes se han formado en el Beata Rosa Gattorno en las dos décadas de funcionamiento. (Foto: Cortesía)
Decenas de niños y jóvenes se han formado en el Beata Rosa Gattorno en las dos décadas de funcionamiento. (Foto: Cortesía)

Hay obras que trascienden más allá de las personas y una de ellas es el centro de educación básica especial Beata Ana Rosa Gattorno que hoy cumple 20 años de creación institucional.

El plantel fue creado por Resolución Directoral N.º 002254 el 1 de junio del 2001 operando inicialmente en un pequeño local de la asociación de vivienda José Carlos Mariátegui, de Gregorio Albarracín. Primero se implementó un aula de nivel inicial y otra de primaria, teniendo apenas 24 niños, bajo la dirección de la maestra Lourdes Castro Ayca.

Una escuela que se necesitaba en Tacna

Una de las principales gestoras fue la señora Gina Gotuzzo, quien aún recuerda todo el trabajo que se realizó para que los niños que padecen síndrome de down o alguna otra condición pudieran recibir una educación de calidad.

Rememora que algunos padres la buscaron porque se necesitaba una escuela de este tipo ya que muchos no podían enviar a sus hijos hasta el único plantel público especial, Félix y Carolina de Repetti, ubicado en el Parque Industrial.

El primer local quedaba en Mariátegui

Es así que se puso manos a la obra. Gracias a la colaboración de las madres del colegio Santa Ana, que acababan de culminar la construcción de sus ambientes de inicial, logró conseguir las sillas y mesas que habían dejado de utilizar. Junto con los padres consiguieron que les cedan un ambiente en el local comunal de José Carlos Mariátegui del cono sur.

El director de educación de Tacna Luis Pinto otorgó la resolución dando vida a este plantel que ha crecido con los años y actualmente atiende a 180 niños. A decir de Gotuzzo, lo más importante es que estos niños y jóvenes se formen, porque podrían trabajar, ellos tienen capacidades solo que son diferentes.

Requieren ampliar sus instalaciones

Tiene fe en que podrían insertarse en empresas como ocurre en otras ciudades, la ley del trabajo así lo exige. Ahora enfrentan un nuevo reto, conseguir que les cedan el terreno ubicado al costado de su actual local en la asociación Fortunato Zora Carbajal. Allí se podría instalar talleres de capacitación.