Algo que es frecuente los fines de semana en la salida a Tarata, en Alto de la Alianza, es el desorden vehicular ocasionado por la “cachina”, pero por Semana Santa, el desorden del tránsito se intensificó.

En un verdadero atolladero de vehículos, minibuses, mototaxis y autos particulares se convirtió ayer parte de la avenida Tarata por la gran concurrencia de unidades que iban y regresaban del cerro Intiorko.

La falta de un policía que dirija el tránsito ocasionó que los peatones tengan que cruzar la calzada de forma temeraria.

A esto se sumó la instalación de varios ambulantes que ocuparon parte de la pista para vender y ofertar sus productos.

Hasta pasadas las 14 horas de ayer, la zona se convirtió prácticamente tierra de nadie. 

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