En las diversas comisarías y unidades de la región Tacna los agentes rindieron homenaje a su santa patrona, Santa Rosa de Lima, con misas, rezos y entrega de ofrendas florales, en actos breves y cumpliendo con los protocolos de bioseguridad para evitar el contagio de la COVID-19.

El día central de la festividad religiosa es el 30 de agosto y en el Perú habrá inmovilización social obligatoria o toque de queda.

En tanto el jefe de la XIV Macro Región Policial Tacna y Moquegua, general PNP Javier Bueno Victoriano, mediante disposición de comando Nº 193 prohibió todo evento o acto religioso en las diversas unidades policiales el 30 de agosto, e instó a su personal a participar de una misa virtual mañana a las 7:30 horas a cargo del obispo de Tacna y Moquegua, monseñor Marco Antonio Cortez Lara, por el Facebook de la Diócesis de Tacna y Moquegua.

VENERACIÓN. En las comisarías Gregorio Albarracín, Central y Gonzáles Vigil, los policías sacaron momentáneamente de sus grutas la estatua o imagen de la santita y la colocaron en altares que hicieron en la vía pública, para la veneración de los uniformados y civiles, guardando el distanciamiento debido.

Varios policías que lograron recuperarse del coronavirus llevaron rosas rojas a su patrona. Un efectivo indicó indicó escuetamente que su fe a Santa Rosita le devolvió la salud, ahora le reza todos los días para que sus demás colegas y ciudadanos no se contagien o puedan vencer al mortal virus.

Por la inmovilización social obligatoria o toque de queda, mañana tampoco se realizará la tradicional procesión de Santa Rosa de Lima en el perímetro del Centro Cívico.

Hay que indicar que Isabel Flores de Oliva (Santa Rosa) nació en Lima el año 1586 y murió en 1617. La religiosa peruana de la orden de los dominicos fue la primera santa de América. Tras dar signos de una intensa precocidad espiritual, a los 20 años tomó el hábito de terciaria dominica, consagró su vida a la atención de los enfermos y niños.

Venerada ya en vida por sus visiones místicas y por los milagros que se le atribuyeron, en poco más de medio siglo fue canonizada por la Iglesia católica, que la declaró patrona de Lima y Perú, y poco después de América, Filipinas e Indias Orientales.

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