Señor de los Milagros: Recorrió principales calles y avenidas de Tacna
Señor de los Milagros: Recorrió principales calles y avenidas de Tacna

“Ser católico es tener fe y voluntad, he pasado por muchas pruebas. Yo ingresé de 33 años y hoy cumplo 87 años y sigo cargando. Las fuerzas aún no me abandonan, mi devoción como ves es muy fuerte”. Se acerca el mediodía y cansado por el trote y el fuerte calor de la mañana, Manuel Herrera Tapia, se dispone a acompañar la imagen del Cristo Moreno que ayer realizó su segundo recorrido procesional.

Herrera es uno de los fundadores de la segunda cuadrilla de la Hermandad del Señor de los Milagros, y desde que se entregó a Cristo le prometió seguirlo hasta cuando sus fuerzas se lo permitan.

PRIMEROS

“Cuando comenzamos en la cuadrilla había 18 cargadores. Hoy tenemos 60 entonces ha aumentado, había tres varas hoy hay cuatro con 32 cargadores”, narró con el cansancio característico que acarrea cargar un anda de casi una tonelada de peso.

Así como él, centenares de personas se plegaron a la procesión que se inició a primera hora. La mayoría de ellos con una historia diferente, pero con una misma causa: recibir la bendición del Cristo de Pachacamilla que en Tacna adquiere un tono distinto al resto del país.

Enfundados en una túnica morada con un cordón blanco llegan los “hermanos” –así se conocen entre ellos los devotos de las 6 cuadrillas que conforman la Hermandad del Señor de los Milagros–, las sahumadoras y los fieles a la penúltima procesión del año.

“Mis padres me pusieron el hábito cuando tenía 4 años, a los 5 ingresé a la hermandad, hoy tengo 56; pase lo que pase yo sigo. Mi hija es de la hermandad, ella también lleva el hábito”, contó Susana Claros quien lleva más de 20 años cargando la santísima cruz. Junto a otras 10 damas se turnan para portar el madero, símbolo de la cristiandad en el mundo.

Su devoción la lleva a explicar que cada vez que carga la cruz de 50 kilos sus dolores de espalda calman milagrosamente. “Que más milagro que el estar viva. La fe es una sola, pase lo que pase el Señor siempre está con uno. No nos abandona”, repitió.

Señor de los Milagros, a ti venimos en procesión, tus fieles devotos a implorar tu bendición”, dice el cántico mientras la procesión zigzaguea como olas moradas al ritmo del rezo popular. Cada cierto tiempo suena una campanada y se intercambian los 32 cargadores mientras curiosos y/o fieles lanzan pica-pica y globos a la santísima imagen.

MORADO

Así como en Lima, donde un río morado de gente se ensancha, crece y se desborda por las principales avenidas, Tacna no es ajena al sentimiento religioso. Las costumbres y tradiciones crecen con la sociedad. En la ciudad es visible la participación de dos hermandades: una la del cercado y otra de Alto Bolognesi, que sale en noviembre.

A diferencia de años anteriores, el recorrido procesional sufrió leves variaciones a consecuencia de las obras que realiza la EPS Tacna en el cercado.

La imagen no pasó por la plaza Zela, sino que se optó por desviar el camino en la parroquia Espíritu Santo siguiendo la calle Amazonas para finalmente descender por la avenida Bolognesi. El recorrido demoró cerca de 15 horas.

Más temprano, el obispo de la Diócesis de Tacna y Moquegua, Marco Antonio Cortez Lara, exhortó a las autoridades cumplir con sus funciones sirviendo a la comunidad.

“Los cristianos dónde estemos estamos llamados a servir, pero servir servir. No servirnos del cargo sino para servir servir. Podría sonar mis palabras tan distantes a la realidad, tal vez, pero ¿queremos que siga siendo así? No. Estamos llamados a renovar nuestra vocación de servicio. Si eres profesor sirve enseñando; si eres médico sirve sanando pacientes. Si eres enfermero atiende con amor”, mencionó en la homilía central en la Plaza Juan Pablo II. 

“Dios no es un dios extraño con cada hombre y con cada mujer. Dios no es extraño y ajeno al sufrimiento humano, al contrario lo ha asumido”, refirió el monseñor al inicio de la misa.

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