Han pasado nueve días desde que un huaico arrasó por completo el centro poblado Mirave en Ilabaya, Jorge Basadre; sin embargo, sus pobladores le hacen frente a la adversidad mediante trabajos comunitarios y sobre todo se observa la unión alrededor de ollas comunes.

En nuestra visita al campamento de los damnificados, nos encontramos a Genova Alangia, Clemencia Incacutipa y Rosa Ramos, quienes estaban al frente de una cocina donde preparaban cachangas o sopaipillas con avena para el desayuno de 300 personas, en su ayuda había un numeroso grupo de personas preparando la masa y otros se encargaban del reparto.

Andrea Caipa Quispe (47), indicó que pese a sus carencias ponen cuotas para la recarga de balones de gas ya que las autoridades no les proporcionan combustible. “Hay muchos que no tienen para dar, pero debemos de juntar para cocinar nuestros alimentos”, sostuvo.

RACIÓN. Luisa Paria viuda de Lancho (72), indicó que reciben ayuda consistente en agua, víveres y ropa, pero no tienen acceso a verduras o carnes para la preparación de sus alimentos. “Comemos atún, arrocito y fideo así estamos paliando con la comida y somos una gran cantidad de adultos y niños. Los adultos podemos quizá soportar, pero los niños deben de tener una buena alimentación”, comentó.

Con una bebé de cinco meses en brazos, Danitza Flores Joaquín (38), pidió a la población tacneña seguir enviando donativos principalmente víveres y agua de mesa para la alimentación e hidratación de sus hijos.

“El huaico nos ha quitado todo, no es igual vivir en una carpa que estar en tu propia casa, y peor aún si eres madre soltera es difícil criar a los hijos en estas condiciones”, apuntó.

En la zona de refugiados por el huaico, existen tres comedores cuyos pobladores se turnan para hacer el desayuno, almuerzo y cena. Para lavar la ropa y sus utensilios usan agua de los tachos que dispone cada carpa. 

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