Cientos de personas abarrotaban centros de salud para las pruebas y atención contra la COVID-19. (Foto: Difusión)
Cientos de personas abarrotaban centros de salud para las pruebas y atención contra la COVID-19. (Foto: Difusión)

Un día como ayer pero del 2020 el gobierno peruano a través del Decreto Supremo 044-2020-PCM declaró el estado de emergencia nacional por el plazo de 15 días calendario, por las graves circunstancias que afectan la vida de la nación a consecuencia del brote de la COVID-19.

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Nadie imaginó en ese momento que dicha emergencia sanitaria se prolongaría por los siguientes dos años y medio y que causaría la muerte de 219,562 personas, de las cuales más de 1,917 se registrarían en la región de Tacna.

Personas vulnerables en riesgo

Hoy se ha logrado revertir las cifras de mortalidad gracias a las vacunas contra la COVID-19, sin embargo gran parte de la población ha dejado de aplicársela, lo que representa un grave riesgo para las personas vulnerables como los adultos mayores y aquellas que sufren enfermedades crónicas.

De acuerdo a la jefa de inmunizaciones de la Dirección Regional de Salud, Haydee Quispe Gutiérrez, en entrevista con Correo el pasado 7 de marzo, con la primera dosis solo se tiene un 86% de la población protegida, con la segunda al 80 y con la tercera al 66%.

Solo un 15% está protegido

En lo que se refiere a la cuarta dosis apenas se ha vacunado el 15% de la población. Ni que decir de la vacuna bivalente, aquella que les podría proteger de la cepa original de la COVID-19 o gripe de Wuhan y la variante de Omicrón.

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El Ministerio de Salud envió a la región de Tacna un total de 22,200 dosis de la vacuna bivalente, sin embargo hasta la primera semana de marzo solo se han aplicado 3,688 vacunas, quedando pendiente más de 18,000 dosis.

Con las vacunas disminuyó el número de pobladores evacuados a hospitales de Tacna. (Foto: Difusión)
Con las vacunas disminuyó el número de pobladores evacuados a hospitales de Tacna. (Foto: Difusión)

Falencias en el sector salud

La pandemia de la COVID-19 ha dejado profunda heridas que tardarán muchos años en cerrarse. Miles de cientos de familias perdieron a sus seres queridos, vendieron sus bienes para tratar de salvarlos y cientos de niños quedaron huérfanos.

El nuevo coronavirus también desnudó las falencias del sector salud en la región de Tacna. Su infraestructura ya se encontraba debilitada desde hace muchos años cuando se evidenció la necesidad de construir un nuevo hospital Hipólito Unanue.

No hay hospital ni especialistas

La construcción que se inició en la gestión del exgobernador Omar Jiménez sufrió retrasos desde su inicio y quedó finalmente paralizado en el 2020 durante la gestión del ex gobernador Juan Tonconi Quispe. La Contraloría advirtió pago de valorizaciones por equipos que nunca llegaron y la Fiscalía inició una serie de investigaciones por presunta colusión agravada.

Pese a todas las pérdidas materiales y personales en estos tres, la población parece no haber aprendido la lección y vuelve a descuidar las medidas sanitarias. Mientras, aún no se consigue superar las falencias en infraestructura, equipamiento y personal de salud especializado.