Por Tomás Chávez

Reconciliarse y volver a empezar. Ana Isabel Fernández, regresó hace algunos años, al espacio donde mayor felicidad encontró: la música. “Ana Curra” está hoy de nuevo en los escenarios, por primera vez se presentará en Lima, para recorrer hechos que marcaron un hito en la “Movida Madrileña” (España), y las influencias que dejaron junto a Parálisis Permanente para generaciones futuras.

¿Qué nos puedes adelantar sobre este concierto?

Estamos muy emocionados y con muchas ganas de ir a Lima. Es un sueño que persigo hace bastantes años. Llevo un setlist de Parálisis Permanente porque sé que mucha gente lo quiere escuchar por allá. Es un legado que traspasó fronteras. Me siento muy cómoda cantando estos temas con la misma honestidad que al inicio.

Tu último EP, “Huaca”, ¿qué significa este concepto para ti?

Andaba buscando un concepto que reuniera mi momento y las canciones que van incluidas en este material. Quería representar un lugar de poder, que se conecta con lo primigenio, y el lugar donde se atesoran tantas cosas. De pronto me vino esta palabra y sentí que era perfecta. Tiene una sonoridad brutal.

Luego de pasar varios años alejada de este espacio musical, ¿cómo logras esta reconciliación?

Estuve alejada por situaciones personales. Eso también se sumó a que estuve enojada con la industria musical, donde me sentí un producto y no acababa de encontrarme. La muerte de Eduardo Benavente también pasó factura. Cuando regresé, me di cuenta que se había reivindicado Parálisis Permanente, yo era la única que no lo había hecho. Quedó esa deuda pendiente y me encuentro ahora muy bien. Me reconcilié con el público y la música.

Ustedes lanzaron “Tres Cipreses”, uno de los primeros sellos independientes en España. ¿Cómo es que la industria musical los apabulla?

He lanzado mi último disco de forma independiente y regresando a mis orígenes. Las cosas han cambiado en muchos sentidos, pero tampoco ha sido tanto. Me agrada haber encontrado el sonido que yo quería. Me he salido del criterio de “hacer las cosas por hacer” o “porque la industria lo marca”; yo me marco mis propios tiempos y sin presión. Compites con mucha gente y por eso es importante seguir haciendo todo de calidad.

Me comenta que en un momento sintió que la estaban volviendo una imagen. ¿La autenticidad necesita de tiempos de recuperación?

Nosotros veníamos de una censura en el franquismo, también vimos la lucha de nuestros hermanos mayores. En esos momentos no había una capacidad de gestión y de futuro o proyección profesional. Todos estos ingredientes le dieron valor a nuestra lucha en la transición española. La “Movida Madrileña” a la que pertenecimos, se fue haciendo una marca con todo tipo de grupos, de personas que se meten. Lo nuestro fue un movimiento cultural, social y político en un momento en que un grupo de pequeño de artistas buscaban ser ellos mismos sin censura. Lo que viví fue una clase magistral de vida.

Dentro de lo que es la renovación de las exponentes femeninas en el rock, ¿consideras que también se dio?

Creo que hubo una gran renovación. Nosotros veníamos de una España donde las mujeres estudiaban en colegios separados de los chicos y eran educadas para estar al lado de su esposo. Quitarte ese lastre de tabúes sexuales y roles no es fácil. Yo era tan joven que no le ponía nombre a esa parte activa del cambio que hacía como mujer. Tenía referentes como Patti Smith, Janis Joplin o Siouxsie Sioux. Para nosotras, el punk fue una forma de posicionarnos.

Como todos los movimientos marginales, nos sentíamos bien dentro porque nosotras ya éramos una parte marginada de la sociedad. Fue una herramienta muy valiosa para que se nos escuchara y subimos a decir lo que pensamos. Con el tiempo, mucha gente te da las gracias y lo que significas para ellas.

Ana Isabel Fernández, tecladista y compositora

También conocida como “Ana Curra” o “Ana Pegamoide”, es una de las máximas exponentes de lo que fue la “Movida Madrileña”. También fue parte del grupo Los Seres Vacíos, entre otros.

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