“Vivimos creyendo que nada nos va a pasar, que todo lo que le sucede a los demás es imposible que le pueda pasar a uno”, nos dice Daniella Álvarez, ex Miss Colombia 2011, exitosa modelo y presentadora de televisión, cuando le recordamos la fragilidad de la vida. Y ella lo sabe muy bien. Hace cuatro años, cuando estaba en lo mejor de su carrera, perdió su pierna izquierda por una complicación médica. Una experiencia que asumía, o se derrumbaba. ”Pero, a pesar de todo, le doy gracias a Dios porque perdí mi pierna a los 32 años, y puedo decir que hice uso de ellas al máximo. Desde muy chiquitita bailé en academias, y en todos los bailes que existen aquí en Barranquilla. Monté bicicleta, fui a todas las fiestas que pude, de verdad le di el máximo uso a mis piernas”, dice Álvarez.
Apelaste a los recuerdos para afrontar el presente. Hoy cierro los ojos y recuerdo todos los movimientos, de cómo se siente correr, de cómo se siente caminar rápido. Mucha gente no sabe que al sufrir mi tema médico, mi otro pie también quedó muy lesionado, gracias a Dios no lo tuvieron que amputar, pero perdió toda la sensibilidad y el movimiento que he recuperado en gran parte, pero tengo todos los recuerdos intactos que no se olvidan y que siempre llevaremos en nuestra mente y corazón. Se quedó lo mejor de mi vida con piernas y ahora vivo la mejor parte de mi vida, sin una pierna.
¿Aceptar tu nueva vida, fue un proceso muy largo? Fue muy rápido el tema de mi duelo, el autoaceptarme, el reconocerme en mi nueva versión, en mi nuevo cuerpo fue muy rápido, me tardó seis meses. Cuando hoy día tengo la oportunidad de contar en mi charlas y de poder expresar cómo lo logré, siempre empiezo por Dios, Él es el que me ha dado toda la fuerza, toda la fortaleza, pero también que desde muy chiquita desde los 11 años, tuve mucha curiosidad por leer libros de liderazgo y libros de inteligencia emocional, que han sido una gran herramienta para mí.
Pero me imagino, y es natural, que tuviste una etapa de mucho dolor y desconsuelo. Como cualquier ser humano que pierde algo en su vida, en este caso, tu propia pierna, obviamente lloré, me quedaba días mirando el techo sin hablar con nadie, sin quererme bañar, mover, tratando de despertarme de una pesadilla. Lo que más se merecen las personas con una vida reducida, es un reconocimiento porque rehacen una nueva vida con fortaleza, con alegría, a pesar lo difícil que es, y eso merece un reconocimiento especial. Y lo digo no solo por mí, sino por todos los que nos levantamos todos los días sin una parte de nuestro cuerpo.

Pertenecías al mundo de la belleza, de la televisión, donde la apariencia manda, ¿el shock fue el doble? Yo siento que al contrario, me ayudó, la gente pensó, guau qué le pase eso a ella, que fue Miss Colombia, que caminó en Miss Universo, que era una niña con 90-60-90, debe ser mucho peor. Yo sigo insistiendo que el verdadero éxito en la vida siempre será tu manera de pensar y yo siempre pensé en la forma en la que utilicé mis piernas, cómo llegué tan lejos, al margen de lo conocida que era
Como figura pública y presidenta de una fundación, vives una nueva etapa en tu vida. Ahora vivo esa otra parte del esfuerzo, de la competitividad, porque montarte en una prótesis para caminar es un reto, es una reto correr, montar bicicleta, y me fascinan esos retos . Quiero demostrar a todo el mundo que se puede, quiero ser esa bandera y de alguna manera la representante en este mundo de las personas que no tienen una pierna y pueden salir al mundo.
Y no te has puesto límites, estuviste en Lé Défilé la pasarela de L’ Oréal París y en eventos muy importantes como La Maison. Jamás imaginé que sin una pierna iba a llegar a las pasarelas más importantes con las celebridades más increíbles del mundo. Al perder mi pierna llegó mi verdadero propósito, yo lo que tenía antes era un trabajo, la imagen de esa chica linda que fue Miss Colombia y presentadora de televisión, pero realmente mi día se multiplicó a nivel personal, laboral. Hoy la gente realmente me admira por lo que soy, por lo que hay dentro de mí, y se siente chévere.