En el ambiente de la cumbia no todo es color de rosa, y Deyvis Orosco lo sabe muy bien. Por eso, en la telenovela “Tu nombre y el mío” que cuenta su historia, no podía faltar el malo de la trama que le hace la vida a cuadritos. “El Chacal” es ese villano de antología que encarna Emilram Cossío, y quien considera que el mencionado papel es uno de los más retadores de su carrera. “Enfrento el personaje de la mejor manera porque es un placer trabajar nuevamente en Del Barrio y con Michelle Alexander. Que nuevamente me convoquen, que me propongan otra vez trabajar con un personaje antagónico que son riquísimos, es algo que agradezco, y que yo a partir de mis 40, pueda ir contando historias por ese lado”, dice Cossío.
“El Chacal” es de esos personajes mafiosos que están detrás del género de la cumbia. Es ese lado oscuro, que también se da en otros géneros, es de esos personajes que siempre van a tratar de crear problemas, es misterioso, tedioso, tiene santos, pero tiene un entorno malicioso.
El Chacal está inspirado en un oscuro personaje que se desarrolló en el ambiente de la bailanta y cumbia en Buenos Aires. Vi un poco de lo que podía en YouTube y conversé un poquito con Deyvis para saber si después del fallecimiento de su padre, ese personaje siguió allí perturbándolo. Lo que me dijo fue que no tuvo mayor contacto con él. Sé que existió ese tipo llamado “El Cholo”, que estuvo en algún momento vinculado con Néctar, pero Johnny Orosco no quería que su hijo tuviera ningún contacto con él.
A pesar de las maldades del “Chacal”, al público le gusta seguir a este tipo de villanos en las telenovelas.
Sobre todo en los melodramas, en las telenovelas, y es que, la vida no es color de rosa y eso te lo dice el día a día. Siempre vas a tener a alguien que te hace la vida imposible, en tu quinta, en tu barrio, en tu residencia, en tu casa.
¿Y te sientes como pez en el agua siendo el “Chacal”?
Me encanta la chamba, porque en este caso rompe mis esquemas. En la televisión siempre me han relacionado como el bonachón, el generoso con la gente, esos son mis esquemas con los que he venido trabajando todos estos años, pero llega un momento en que ya tengo que comenzar a romper con eso.
Los actores siempre deben buscar no repetirse.
Claro, siempre van a decir oye pero es lo mismo, pero más allá de lo que diga la gente, yo en realidad, ya estoy preparado, y comencé a hacer personajes fuertes, rudos, rompiendo mis esquemas en el teatro y en el cine. En la televisión muchas veces no te dan la oportunidad porque como todo es para ayer, entonces te tienen que ver en algo para que recién confíen. En “Perdóname”, Aldo Miyashiro me escribió un personaje antagónico que hizo que al final tuviera una nominación para un premio, y eso ha hecho que también Michelle pueda confiar en mí para esta novela.
El melodrama televisivo sigue vigente y lo demuestra el éxito de “Tu nombre y el mío”. El 1 de octubre se estrena en Ecuador y me imagino que luego en Bolivia, donde estuvo el grupo Néctar. Esta es una historia que funciona muy bien porque tiene mucho de verdad, te da estos valores como la unión familiar, el ser corajudo, el no derrumbarse ante tanta gente negativa.
Deyvis Orosco ha tenido que enfrentarse a mucha gente que no creía en él. Yo siempre digo que con talento se puede llegar lejos, si es que hay disciplina, pero sin la disciplina no. Deyvis tiene ambos elementos. Hay muchos actores, por ejemplo, que para mí han sido muy, buenos, y que al día de hoy no los llama nadie, y han sido muy talentosos.
Y además de disciplina, los actores deben dejar de lado el prejuicio y enfrentar retos en todos los géneros.
Claro, en nuestro lado, en el actor el ego es lo que más tenemos que trabajar, porque el ego te puede traer muchas cosas negativas, uno tiene que tener un equilibrio en la vida, definitivamente.