Además de cantautor por elección, el español Ismael Serrano se define ante todo como un contador de historias, de esas intensas e inspiradoras que lleva por el mundo y que lo trae de regreso a Lima. “A mí me parece que contar historias es lo que nos define, creo incluso que un concierto es una suerte de relato, quizá no estructurado de manera formal, pero sí en el sentido de que uno se planta en el escenario con la necesidad de contar algo; una visión del mundo, una historia de vida”, dice Serrano, que mañana jueves ofrecerá dos conciertos, a las 6:00 p.m. y 8:00 p.m. en el Teatro Antonio Banderas en Jesús María.
Esa apuesta de contar historias también se aplica cuando se plantea la grabación de un disco.
Así es, ese trabajo conceptual en torno a un manojo de canciones, es imprescindible, pero es algo que se está perdiendo, yo creo que las tecnologías imponen otro tipo de propuesta, que son las canciones fuera de su contexto, una play list. Escuchamos canciones porque pensamos en nuestra vida como un relato, como una historia que merece ser contada y encontramos que los cantautores muy a menudo hablan de nosotros y cuentan nuestras historias.
En tus 30 años de carrera sigues convencido de que la música fue una buena apuesta.
Sigo convencido de que la música sigue funcionando como terapia para sobrellevar las incertidumbres y los miedos. Pero no ha cambiado esa sensación de precariedad que tiene este oficio, de que hoy estás aquí y mañana no se sabe, a pesar de todo lo vivido y de que uno cree que durante tantos años de carrera ha construido una suerte de camino, todo parece volátil, más por el tiempo que nos toca vivir.
¿Tu proceso de creación ha ido cambiando con los años? Yo creo que cada vez ha ido cambiando mi forma de escribir. Hay canciones que surgen cuando uno agarra la guitarra, y salen a la vez la melodía y la letra, pero creo que hoy cada vez más escribo más desde la letra, siempre tengo que partir de algún lugar, yo no creo en eso de la escritura automática. Hay autores que agarran la guitarra y a ver qué sale, en mi caso no, yo necesito saber de qué voy a hablar, y yo creo que ese es un punto de partida saludable, porque responde también a una necesidad del alma, que a veces esa necesidad es inconsciente, y las canciones salen del inconsciente, de unas preocupaciones, unas dudas, que quizás la música te ayuda a verbalizar-
En estos tiempos los cantautores, deben enfrentarse a una industria que parece ningunearlos. Lo que yo más siento como cantautor es una sensación de precariedad. Definitivamente no son los mejores tiempos para la canción de autor, una propuesta que apuesta por el relato, la poesía, por el matiz en un contexto en el que todos padecemos un cierto déficit de atención alimentado por las redes sociales.
¿Cuál es la consecuencia de la tendencia que mencionas?
Que estamos en un contexto en el que el algoritmo impone sus reglas en el panorama musical, en la relación del oyente con la música, pero también del músico con su música, No somos conscientes de qué manera el algoritmo está influyendo también en la forma de crear, ahora la gente escribe canciones no ya solo para llegar al corazón de la gente, sino también haciendo un cálculo determinado.
Eso es peligroso, crear a partir del cálculo, de la premeditación y no del arte.
La consecuencia es que la canción puede sonar a corto plazo, puede funcionar una vez, dos, hasta tres, pero no creo que pueda funcionar y sostener una carrera toda la vida, Yo apuesto por crear un mundo propio, un universo propio, que tiene que ver más con los dictados del alma, y no tanto con ese cálculo que te lleva a pensar en cómo te va a situar el buscador, de qué manera el algoritmo te va a premiar, y te va a encaminar dentro de las tendencias.
Sigues siendo fiel a tu apuesta por la canción de autor, de esas que quedan en la vida de la gente.
En ese sentido yo me siento agradecido, y soy consciente del privilegio del que vivo en muchos aspectos. Yo creo que si lo que esperas del público es que sea fiel a tu propuesta, por así decirlo, pues yo creo que hay que corresponder siendo fiel con uno mismo, porque si renuncias a eso, difícilmente puedes exigir o pedirle al público que te siga.
En los conciertos que vas a ofrecer en Lima estarás acompañado de tu guitarra, como en tus inicios. Sí, voy con la guitarra al hombro, que no he abandonado, es casi el formato en esta tradición después de 30 años. Ahora vamos a dar unos conciertos sinfónicos aquí en España, empezamos a finales de febrero, pero también seguimos con la guitarra al hombro. Dar un concierto con guitarra y voz siempre va estar presente, yo creo que es la esencia de mi oficio, la figura del cantautor guitarra al hombro y en viaje permanente.