Helena, una mujer dura, calculadora, la fría matriarca de la familia Navarro en “Eres mi sangre”, es el personaje que Lilian Nieto, actriz con 40 años de trayectoria considera como un regalo.
“Cuando me llamaron para ser Helena en la historia, la verdad, no pensaba que iba a ser tan villana, pero tú sabes cómo es el lenguaje de la televisión, las cosas van sucediendo en cadena. A medida que llegaban los libretos me di cuenta de que ella podía darse esa licencia de ser extremadamente mala, aunque no deja de ser un ser humano. Para nosotros los actores, este tipo de personajes es como un regalo”, dice la actriz.
Además, es un personaje que te proyecta de una forma tan efectiva al público que cree todas tus maldades. Sí, es muy gracioso porque la gente se confunde. Yo he hecho muchos papeles en la televisión de mujeres muy buenas, por ejemplo, el papel de Mechita que era la esposa de Augusto Ferrando en la serie, y ahora hay gente que me dice: oye Lilian cómo has cambiado. Yo les digo, es ficción, es ficción.
¿Después de tus escenas en las que cometes mil y un excesos, sales rápido del papel? Con el tiempo los actores aprendemos a soltar nuestros personajes apenas salen del set, además es necesario. Yo le meto toda la fuerza a mi personaje para que el público lo sienta, busco que mis personajes sean reales, pero salgo del set y ya no soy nada de ese papel, pienso en otras cosas que son propias de Lilian, para no quedarme con todas esas malas sensaciones que genera un rol que es totalmente opuesto a mí.
¿A 40 años de carrera sigues reafirmando tu pasión por la actuación? La actuación es todo para mí, es toda mi vida, desde chiquita. Estar en un set de televisión, rodando una película, o estar en las tablas en el teatro, es lo mejor que me puede pasar, es fantástico, forma parte de mi vida, está en mi ADN. Es una fortuna hacer lo que te gusta y encima que te paguen, eso es bastante.
¿En algún momento, por lo inestable de la profesión, estuviste a punto de tirar la toalla? Nosotros los actores somos animales raros, la escena nos llena todo, creo que, tal vez sea un error, pero no estamos pensando mucho, o casi nunca en la economía, y deberíamos darle el valor que corresponde a nuestro trabajo. Cada cierto tiempo. me divorcio del teatro un ratito y me vuelvo a reconciliar.
El teatro es como esos amores difíciles de dejar. El teatro, para mí, siempre será necesario, no es que haya pensado en dejarlo porque no me da lo que quiero, la verdad no, a mí me da lo que necesito, que es una satisfacción enorme de hacer lo que me gusta. Ojalá a través del arte podamos comunicar cosas que puedan servir a la sociedad, porque en realidad el fin del arte dramático es eso, contar la vida misma.
Y en el caso de tu personaje en “Eres mi sangre” sirve para que el público sepa lo que se debe o no hacer. Un personaje como el que yo hago, por ejemplo, que es muy extremo, sirve muchísimo para que la gente diga, mira lo que puede pasar si haces esto, si haces lo otro, o qué horrible, una persona así. Realmente yo siento satisfacción cuando la gente odia al personaje, porque sé que finalmente hay un mensaje detrás de todo esto.
¿Las telenovelas clásicas y la señal abierta gozan de muy buena salud? Yo creo que este tipo de telenovelas clásicas sí le gustan a la gente, porque además se identifica con muchos de los personajes que existen en la vida real. Además, por otro lado, también nos recuerda a las telenovelas icónicas de toda la vida.
Me imagino que se seguirán revelando secretos en la telenovela. Eres mi sangre nos está dando la oportunidad a todos los actores de estar en una creación constante. Los personajes no están fijados de una manera, siempre están variando, se está dando la oportunidad de encontrar nuevos matices a los personajes todo el tiempo. Y claro que sí, hay muchos más secretos que aún faltan por revelar.