Uno de los integrantes de Les Luthiers conversa con Correo sobre la vigencia del grupo que presentará en Lima “Viejos Hazmerreíres” el próximo 3 de junio  (FOTO: GOOGLE)
Uno de los integrantes de Les Luthiers conversa con Correo sobre la vigencia del grupo que presentará en Lima “Viejos Hazmerreíres” el próximo 3 de junio (FOTO: GOOGLE)

Ingresar a Les Luthiers no fue un sueño cumplido”, nos dice  Martín O’ Connor, uno de los integrantes del célebre grupo argentino. “Sonará extraño que diga eso pero es que ni siquiera lo soñaba, me parecía tan lejano, imposible, ni me lo imaginaba. Un sueño cumplido fue, por ejemplo, participar en conocidos musicales que los tenía al alcance de mi mano y que solo debía prepararme para lograrlo. Ser parte de Les Luthiers es más que un sueño”, dice el artista, que junto a sus compañeros presentará en Lima el espectáculo “Viejos Hazmerreíres” el 3 de junio en el Plaza Arena del Jockey Club.

¿Y cómo llega ese inesperado llamado?

A raíz de mi trabajo en los musicales, de los cuales hice más de 20, yo estaba en temporada con ‘La Bella y la Bestia’ y en el elenco estaba la hermana de Carlos Núñez Cortés (integrante de Les Luthiers). Un día ella, Mónica, me dice en una función: ‘mi hermano va a tomar audiciones para unos reemplazantes ¿Por qué no te presentas?’ Yo le contesté que no me sentía a la altura, y además, que era muy joven para ser uno de ellos, pero insistió, me convenció que era gracioso y prometió averiguarme el lugar del casting.

Finalmente los hilos que manejan el destino te llevaron al lugar indicado.

Fui a la audición con un tema preparado y una rutina de humor de más de dos minutos. Hice mi prueba y nunca me llamaron, pasaron nueve años para que me convocaran al grupo, justo cuando estaba haciendo el Fantasma de la Ópera y tenía un contrato muy exigente y además era parte de un musical por el que había esperado 20 años. En ese momento tuve que decir no, pero tres años más tarde volvieron a preguntar por mí y estaba libre de contrato, fue así que pude ingresar al grupo como reemplazante estable.

La primera función con ellos fue emoción pura...

Es muy difícil de describir con palabras la primera noche, apenas ingresé a los camerinos y me dieron el encuentro Daniel Rabinovich y Marcos Mundstock, este último me cuenta que en aquella época, cuando yo pasé audición en el año 2000, les había encantado mi trabajo, pero me habían encontrado muy joven para el grupo. ‘Eras un nene”, me dijo Marcos. Al terminar la función y cuando salimos a saludar miraba a mi alrededor y sentí que estaba rodeado de Messi y Ronaldo.

Les Luthiers, con más de 50 años sobre los escenarios no se ha estancando en un público de determinada generación.

Claro, y eso es algo notable, cuando estamos haciendo el show y hay un cambio de luces podemos ver la platea, miramos en la primera fila al abuelo, al papá y al nieto, los tres riendo a carcajadas y nos imaginamos que se deben estar riendo de cosas distintas porque el humor tiene capas. El más elevado para el abuelo o el padre, y el humor más simple para una persona que no es tan leída, el humor abarca a mucha gente y no hay que ser tan erudito.

Precisamente hay mucha gente que piensa que el humor de Les Luthiers es es para un público elevado, muy intelectual...

Está muy bueno aclararlo, porque a veces hay un público que no se anima a vernos porque cree que no nos va a entender y eso es un error. Yo siempre retomo unas palabras de Marco Mundstock, a él cuando le decián  que Les Luthiers presume de un humor inteligente y si bien lo es, respondía que nosotros usamos mejor la palabra que lo hace menos elevado, lo hace menos difícil, porque a lo mejor la inteligencia te confunde con que hay que ser inteligente para entenderlo, pero no es así. La palabra ingenioso me parece que se acerca más a la realidad,

En estas épocas de plataformas y de espectáculos de stand up hay muchos que se supone hacen humor pero les falta inteligencia para no llegar al exceso.

Unas de las cosas que hacen que Les Luthiers haya perdurado en el tiempo es no haber sucumbido a la tentación de lo fácil, mantenemos un estilo, una línea de conducta y un humor intransigente. Se sigue viendo a Les Luthiers para reírse, sin escuchar groserías o una mala palabra combinando mucho el nivel musical; ese combo y esa postura de no haber perdido el rumbo es parte del éxito y la vigencia.

Entonces hay Les Luthiers para rato.

A pesar de las pérdidas, los retiros de los famosos Luthiers que fueron quedando en el camino,  el elenco se fue renovando y las risas siguen estando en el mismo lugar de siempre para que los que vienen sigan disfrutando de un humor que no debe morir.

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