'No molestar' (crítica)
'No molestar' (crítica)

No molestar, filme del francés Patrice Leconte, trata de un hombre que pide un simple deseo (pero imposible en este universo fílmico): una hora de tranquilidad. Michel Leproux (Christian Clavier), quien encontró un raro disco del ficticio artista Neil Youart, en un mercado de pulgas de Clignancourt, no puede escuchar esa joya musical, en la comodidad de su sala, porque todo conspira contra él.

Una esposa infiel, una tubería rota y un secreto familiar que está a punto de salir a la luz son algunos de los ingredientes que acabarán por enloquecer al protagonista. Estos hechos insólitos, que transcurren en un solo día, arrancan risas por la llegada de más personajes inesperados. Más problemas.

Une heure de tranquillité es una comedia que cuenta con un reparto que encaja perfectamente con sus personajes. Además, las historias que giran en torno a cada intérprete describen a una Europa contemporánea (la crisis de inmigrantes ilegales y el descontento por la globalización).

No molestar utiliza estereotipos muy marcados para jugar con los prejuicios y su acumulación frenética de molestias genera un ritmo rápido que -por suerte- pasa desapercibido en poco menos de 80 minutos, tiempo que dura la cinta.