La artista vuelve a escena con “Radojka”, obra con la que celebra su regreso al teatro presencial tras la crisis en el sector que generó la pandemia
La artista vuelve a escena con “Radojka”, obra con la que celebra su regreso al teatro presencial tras la crisis en el sector que generó la pandemia

No hay nada como el aplauso del público para una actriz que ha dedicado casi toda su vida al teatro. Ese importante reconocimiento lo está recibiendo de nuevo Pilar Brescia, que celebra su regreso al teatro presencial junto a Yvonne Frayssinet, su amiga entrañable y compañera de mil batallas sobre los escenarios. Ambas, en la ficción que propone la obra “Radojka”, son dos mujeres envueltas en una situación inesperada que las obligará a tomar decisiones polémicas con el fin de conservar su puesto de trabajo y sus ingresos.

“Lucía (Brescia) llega a casa de Radojka y encuentra a Gloria (Frayssinet) con una terrible noticia, la anciana que cuidan acaba de morir, tras el impacto inicial, ambas deciden mantenerla aparentemente viva en una congeladora para seguir cobrando su sueldo. Lo que no esperaban es que el hijo de Radojka, anuncia su regreso y es allí donde las cosas se empiezan a complicar. La obra, de los uruguayos Fernando Schmidt y Christian Ibarzabal, se presenta de viernes a domingo en el nuevo teatro Julieta de Miraflores.

La obra llegó en el momento justo del regreso al teatro presencial.

E inmediatamente le dije que sí a Yvonne, y me convencí mucho más cuando me explicó de qué trataba la obra. Obviamente sé lo que a ella le gusta del teatro y que es lo que a mí también me apasiona, ella no haría cualquier cosa y tampoco me propondría un texto malo.

¿Las actrices usualmente cuestionan a los personajes que encarnan? Lo que hace Lucía en la obra es algo muy polémico.

Lo que se busca siempre es tras un proceso lograr tener al personaje y aportar con nuestro trabajo a que el público crea lo que está viendo. Salvo una excepción, nunca he tenido problemas que me hayan llevado a cuestionar lo que hace mi personaje en la obra.

¿Y cuál fue esa obra en la que cuestionabas a tu personaje?

Eso me pasó cuando hice ‘La Celebración’, yo encarnaba a una mamá que sabe que al hijo lo viola el papá y no hace nada, entonces ahí no me cabía en la cabeza, trataba de justificar un poco al personaje, decía quizás no sabía, allí saltan esos valores y convicciones que uno tiene como persona.

Regresas al teatro con ‘Radojka después de los años duros de la pandemia. ¿Qué te ha dejado esta terrible crisis sanitaria como artista y ser humano?

Bueno la vulnerabilidad en la que vivimos, a pesar de que uno se cree poderoso y que puede poner fechas y

plazos para todo, somos absolutamente vulnerables. Ahorita estamos hablando de un estreno que pudo no darse, pero el hombre logra superar eso y hace planes, camina hacia el futuro, etc. Lo que me ha dejado es eso, que realmente en la vida no sabemos lo qué va a pasar, lo único que tenemos es el momento que estamos viviendo, eso es lo único cierto.

Y además si todos fuimos afectados, el gremio artístico fue uno de los más golpeados...

Claro, porque por ejemplo, si se cierra un restaurante, tú puedes cocinar desde tu casa y mandar lo que has preparado y sigues siendo chef, un profesor pueda enseñar a través del zoom o de videollamada, pero los actores que necesitan de un espacio como el teatro, o un set de televisión, a ellos se les cortó todo.

Ahora estás de vuelta, nuevamente repites ese rito que significa salir a escena...

Y lo disfruto mucho. Siempre llego una hora antes al teatro por formación, lo que ha ido cambiando con los años es que he ido disfrutando más desde los ensayos, yo me acuerdo que yo iba a ensayar, pero ya quería estrenar.  Ahora igual podría pasarme ensayando y no estrenar porque he vuelto a jugar, ¿me entiendes?. es importante el  público, pero si no está, yo me estoy divirtiendo con lo que estoy haciendo. Esa creo es la gracia del teatro, es un juego y jugar a que haces de tal o cual personaje.

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