La edición 2025 de la Met Gala —celebrada la noche del lunes 5 de mayo— cerró con broche de oro cuando Rihanna apareció como la invitada final y, entre flashes, mostró su incipiente barriguita anunciando oficialmente su tercer embarazo. La superestrella lució un traje de raya diplomática firmado por Marc Jacobs, rematado con corbata de lunares y un sombrero oversize, en perfecta sintonía con la temática “Superfine: Tailoring Black Style”, inspiración de la muestra del Instituto del Traje.
El encuentro estuvo copresidido por su pareja, el rapero A$AP Rocky, quien horas antes desfiló un conjunto de su propia autoría —“un poco Harlem Nights”, aseguró— acompañado de paraguas y zapatos Louboutin de suela roja. La pareja, que ya comparte dos hijos, reforzó así su reputación como referente de la moda premamá y del dandismo contemporáneo.

Rihanna, además, fue captada durante el día caminando por Manhattan bajo la lluvia con un look azul grisáceo y vientre a la vista, lo que desató especulaciones en redes que la alfombra roja terminó por confirmar. La intérprete y fundadora de Fenty Beauty ha redefinido el estilo de maternidad con atuendos icónicos: desde transparencias y tangas en Paris Fashion Week hasta el vibrante mono rojo sin cremallera de su show de medio tiempo en el Super Bowl LVII, donde reveló su segundo embarazo.
La Met Gala volvió a ser escenario de anuncios familiares: la modelo Karlie Kloss, también embarazada, brilló con sastre negro de solapas altas; mientras que años previos Serena Williams y Adwoa Aboah eligieron la misma plataforma para compartir sus noticias.
Con su sorpresiva aparición, Rihanna reafirma que la moda —y la Met Gala— siguen siendo su pasarela predilecta para celebrar la vida y la creatividad en cada etapa personal.