Secretos de familia, amores en disputa, desencuentros al límite, todo eso y más viven los personajes de “Eres mi sangre”, telenovela estelar de América Televisión en la que Rodrigo Sánchez Patiño es un villano que no se esmera en ocultarlo. “Bastian Navarro es un personaje que llama la atención, es fuerte, controvertido, rol que me ha permitido volver a trabajar después de seis años con Del Barrio Producciones. En medio de un drama intenso, la gente lo está reconociendo, pero también tenemos un elenco, con actores y actrices que saben mucho; están Jimena Lindo, Gonzalo Molina, Marisa Minetti, Miguel Álvarez, Silvia Bardalez, Lilian Nieto. Los jóvenes también muestran su talento, todos nos complementamos”, dice el actor.
¿Cómo vas enfrentando, asumiendo un personaje tan complejo como Bastian? Al inicio vas recibiendo información de todos, de los que saben la historia, y luego vas probando cosas, a ver qué funciona qué no, a ver con qué te sientes cómodo y con qué no. A partir de ahí empiezas a jugar y ya bueno, cuando pasa el tiempo ya tienes el personaje, reaccionas como él, respondes como él y te salen algunas posturas. Además, todos los personajes te ayudan a eso, los directores son vitales y está todo un equipo que te va ayudando.
¿Tienes una carrera artística importante, consideras que Bastian, es un personaje que te está dando una gran exposición y reconocimiento del público? Y lo recibo con mucha alegría, tratando de disfrutar los momentos en los que estoy grabando escenas complicadas, antes de hacerlas, siempre tratando de meterle buena vibra, buen humor para no estar tan cargado después. Como actor, a Bastian, no lo voy a castigar, ni lo voy a premiar, pero sí uno como persona también se juzga y se hace una autocrítica, entonces yo sí a veces creo que el personaje se le puede juzgar un poquito, ¿No? Para ver por qué hace las cosas, de dónde le salen, por qué actúa como actúa.
¿El arte siempre estuvo presente en tu vida? En mi casa siempre hubo mucha alegría y juegos. Soy el menor de cuatro hermanos y ellos son muy alegres, divertidos, bromistas, entonces un poco mi personalidad ha sido formada por ellos, también con lo que yo traía y por mis papás. Siento que en algún momento se me ha cruzado la oportunidad de hacer esto, lo he disfrutado y lo he sentido como un juego divertido y remunerado.

Una apuesta que llegó para quedarse... Y siempre estoy abierto a la posibilidad de hacer otras cosas, como un taller de impro, de claun, meterme por ahí de hacer asistencia de dirección, viendo cosas, aprendiendo de la gente que sabe. No, me gustaría escribir o dirigir sin antes haberme preparado lo suficiente, pero si definitivamente me gustaría seguir en la carrera y seguir probando cosas.
¿No necesariamente hay que pasar por escuelas para lograr una carrera actoral? Dependiendo de quién eres y qué es lo que quieres. Si te quieres meter a estudiar, bacán, siempre es bueno estudiar y mejorar, pero si quieres probar de otra forma, también es válido, ¿no? No creo que haya una sola fórmula, ni creo que haya una sola técnica. A mí me puede funcionar hacerlo de una manera más instintiva a la hora de estar en el escenario, de abordar un personaje, puedo crearlo a partir de lo físico o de lo interno. A otro le puede funcionar ser más metódico y buscar sus acciones, y también es válido. No me gusta imponer cuando alguien va a hacer un personaje y decir: así lo tienes que hacer o así no lo debes hacer. La forma en la que uno se sienta cómodo para asumir un trabajo me parece que es lo correcto.
Lo que sí es una verdad absoluta es que la vigencia en la carrera artística no se logra con la inmediatez que exigen los nuevos tiempos. Eso solo te lo dan los años, eso solo lo aprendes de grande, y aún así a veces te gana la ansiedad, pero ya te acostumbras a que no puedes tener el control de todo, sino que además no es tan bonito tenerlo. Si antes intentaba tener el control de todo, hoy ya no lo quiero, no quiero esa ansiedad; voy recibiendo las cosas como van llegando y si no llegan, bueno, tendrá que aparecer otra cosa.