Hace 45 años, Tania Libertad llegó a Ciudad de México con una maleta llena de sueños dejando atrás una carrera de éxito en el Perú. Su drástica decisión le exigía empezar de cero en tierras aztecas, pero eso ya lo sabía desde que dejó su patria, sin embargo, el reto nunca la detuvo.
“Todos los días me pongo a pensar en todo lo que he hecho, en todo lo vivido”, nos dice la cantante que será protagonista de dos recitales sinfónicos de gala, los días 10 y 11 de octubre en el Gran Teatro Nacional, dirigida por el maestro Fernando Valcárcel y producida por Dea Conciertos.
“Yo presentaba en Panamericana “Danzas y canciones del Perú” con Nicomedes Santa Cruz, él escribía los guiones, razón por la cual yo tenía que decir lo que él escribía, por eso, soy una gran conocedora de lo que es el folclore afroperuano. Fue una gran suerte para mí tener a mi lado a un gran personaje", dice la artista.
En México también te tocó rodearte de gente impresionante. Totalmente, lástima que cuando yo llegué José Alfredo Jiménez ya se había muerto, pero bueno, fui amiga de Silvia Pinal, Marga López, conocí a María Félix a quien le gustaba que le cantara tangos. Veo aún a María Victoria, Jacqueline Andere, compartí noches de bohemia con Gabriel García Márquez, soy afortunada.
¿Y esa facilidad de pasar del bolero al vals, de allí a la ranchera y después a la trova, cómo llegó? Pues por culpa de mi mamá. Yo salía del colegio y me iba corriendo a las radioemisoras en Chiclayo para inscribirme en todos los concursos de aficionados. A raíz de que gané uno de ellos, mi mamá se enteró que yo andaba de cantante por la vida. Me empiezan a llamar para los programas y yo tenía que hacer repertorio, y mi mamá creía que era lo mismo cantar un tango que un merengue o un bolero. Mi mamá se preocupaba de que cantara todo bien, porque mi papá era terrible. Así es que me fui adentrando en diferentes géneros a los 7 años.
Eso se llama carrera y sobre todo vigencia, lo que deben entender quienes buscan hoy una carrera gracias a un click. Imagínate, estoy a punto de convertirme en conferencista para explicarles que si quieren que les dure la carrera no pueden hacer lo que se está haciendo ahora. Levantas una piedra y salen 800 mil cantantes, influencers, youtubers. Claro, ganan mucho dinero, pero...
¿Cuánto duran?
Ese es el asunto, porque la permanencia no te la garantiza la popularidad, te lo asegura el reconocimiento a tu obra, a tu trabajo, tus vivencias, de todo lo que puedas seguir aportando en la vida.

En esa tendencia, ahora hay una urgencia de sacar un tema cada mes para mantenerse en la industria musical.
El próximo álbum que voy a sacar es un disco de concepto con 10 canciones y van a salir todas juntas. Yo no puedo estar lanzando una por una. Estoy abordando la balada, son canciones actuales, estoy haciendo una canción de Gian Marco: Hasta que vuelvas conmigo, en un estilo bolero cantinero. También hay dos temas de Alejandro Sanz, son canciones de amor y desamor.
Por lo visto, no le has puesto límite a tu carrera.
No. Solo lo que me da flojera hoy es viajar, e incluso padezco mucho los momentos antes de entrar a un escenario, pero a la tercera o cuarta canción, no me saca nadie. Estoy preparada para un rato más cantando, sigo entrenando mi voz, tengo una buena maestra de canto y gracias a eso he logrado que mi rango vocal se amplíe.
Hace poco has debutado como abuela. ¿Cómo estás viviendo esa etapa?
Estoy babeando, imagínate, además es una niña. Lo único que me falta es que salga cantante, ¿no? Se llama Emilia, es la hijita de mi único hijo que es mi ingeniero de grabación. Ella me ha dado más ganas de seguir viviendo, ¿no me ves?, estoy rejuvenecida y sonriente.