Virna Flores vive una intensa etapa profesional que considera muy motivadora. A las grabaciones diarias de “Al fondo hay sitio”, serie en la que interpreta el personaje de Lorena, se suma su apasionado rol en “Desnudos”, obra que se presenta en el Teatro Marsano y que se constituye en todo un reto en su carrera. No importa que deba correr de un lado a otro, que el cansancio aparezca irremediable, ella reafirma que cuando se hace lo que nos gusta, todo se supera.
“Me siento bien con todo lo que me está pasando a nivel profesional. Nunca imaginé que mi papel en la telenovela “Súper Ada” me abriría una puerta importante a la hora de afrontar un personaje diferente a lo que había hecho antes”, dice la actriz.
¿Bárbara, una cantante de cumbia de la selva, fue un rol que aportó tanto en tu carrera? Fue un personaje totalmente diferente que permitió que la gente me vea de otra manera en la pantalla. Muchas veces, la gente estereotipa, en mi caso, con Virna la protagonista de telenovela, dulce, pausada, no imaginan que uno puede realmente construir algo completamente diferente. Bárbara me permitió desarrollar algo muy creativo, totalmente opuesto a lo que soy yo como Virna, definitivamente rompió esquemas.
¿El éxito de este personaje provocó que te llamaran para Al fondo hay sitio? Exactamente. Cuando entro a ‘Al fondo hay sitio’ y converso con Gigio, (guionista y productor general) para ver un poquito de qué iba el personaje, tuvo palabras muy bonitas conmigo. Gigio me dijo: ‘lo que has hecho en la novela que acabas de terminar es algo que yo jamás imaginé que pudieras hacer, eso fue lo que animó a llamarte’. Él decidió trabajar conmigo porque no tenía pensado que yo podría lograr ese registro.
Además, ingresabas a la serie más vista de la televisión. Es todo un privilegio estar en una serie icónica de la televisión peruana, y además, que el casting haya sido espectacular para formar parte del núcleo familiar que integran Tito, Maripaz y Lorena. Los personajes funcionan bien dentro de la trama de “Al fondo hay sitio” y estoy muy contenta.
La cereza del pastel fue que te convocaran para “Desnudos” en tu primer acercamiento al teatro. Y me siento muy contenta, si bien no tengo la experiencia en el teatro, como sí la tengo en la televisión, para mí, ingresar al teatro en una obra que requiere mucha preparación para afrontar un papel con muchos matices, es uno de los retos más importantes en mi carrera.
¿Tuviste miedo antes de aceptar el reto, o cómo lo tomaste? Lo tomé como un reto, no sé si la palabra es con miedo, pero sí con nervios, con mucho respeto. Definitivamente un reto que asumí con total convicción y que se ha convertido en una experiencia totalmente distinta para mí. Estar en el Marsano, un teatro icónico, que lleva tantísimos años de historia es una experiencia muy valiosa.
Y se siente muy bien cuando luego el público reconoce tu trabajo. Estoy cosechando como profesional algo muy lindo, especialmente con mis trabajos de los últimos dos años, el comentario que siempre me dicen es: ¡Virna nunca me imaginé verte así! Para mí es muy bacán, porque que alguien te diga nunca me imaginé que pudieras hacer eso, o jamás pasó por mi cabeza verte actuar así, es motivador.
¿Ismael, tu esposo en la vida real es tu pareja en la obra, eso motiva en las tablas o es irrelevante? Para mí es muy chévere, es la primera vez que compartimos tablas, nunca habíamos hecho teatro juntos y ahora estamos haciendo esta obra y como pareja. Por otro lado, dentro de los tiempos que teníamos los dos de pareja, ha permitido que también en nuestros ratos juntos, hayamos podido pasar la letra, conversar sobre nuestros personajes, y hacer un trabajo más profundo en casa.
¿Tu 2025 se presenta con nuevos proyectos? Gracias a Dios, el hecho de que me estén viendo en otras facetas, en otros registros, me están abriendo más puertas, me están llamando para más teatro, y eso me hace muy feliz. Trabajar,aunque me pueda sentir cansada, me llena de energías, cuando estás feliz haciendo lo que haces, la energía viene a manos llenas.