Para Wayo, cantante y compositor peruano, la música es más que una pasión en su vida; es ese motor que ha marcado sus pasos desde niño, y hoy, con más de dos décadas de carrera, lo reafirma sin dudarlo un segundo. “En el 88 formé mi primera banda (Último Refugio), y ya como solista tengo 23 años, sin embargo, a pesar del tiempo, no dejo de crecer. En este camino como cantautor he grabado varios discos, he viajado dentro de Perú y al extranjero, he realizado giras por Europa, me han publicado tres libros y tengo uno cuarto por lanzar”, dice Wayo, que este 20 de junio cantará sus hits en el Gato Tulipán, Bajada de los Baños, Barranco a las 8:00 p.m.
Estás un paso adelante, proponiendo cosas nuevas... Constantemente, si tomamos en cuenta que desde que salí como solista en el 2002, a la fecha, no he dejado de producir, de grabar, de lanzar videos, de proponer conciertos, de trabajar en pro de la música, siempre defendiendo también la canción propia, No he dejado de trabajar con nuevos talentos, a través de concursos, conciertos que he organizado y principalmente con muchas ganas de motivar para que la gente pueda creer en sí misma.
¿Siempre tuviste claro esa pasión con la música? La música, de manera causal, se fue convirtiendo en ese último refugio, en un campo de fuerza, porque la música está en mi vida desde niño. Siempre la música me ha conectado con mis sueños, con mis ganas de viajar, con las lecturas desde niño en la que había mucha poesía. Leer, cantar por aquí y por allá, la música prácticamente se ha convertido en mi vida.
En la actual industria musical que marca tendencias, te has mantenido fiel a tu propuesta. Yo creo que lo único claro que he tenido desde niño ha sido crear, componer, aprender de mis amigos, con mi banda, era eso, cantar y escribir sobre la realidad que estábamos pasando, y la música me daba ese espacio de seguridad. Hasta hoy siempre he antepuesto y he defendido la creación ante cualquier otra situación, más allá de cualquier moda o tendencia.
Siempre será motivador crear desde la honestidad, no de lo que está de moda. Cuando salí como solista, y tenía la atención de las radios y estaba en MTV, había mucha atención de la gente hacia la obra de los músicos locales, pero me di cuenta que había que ser muy hipócrita para mantenerse digamos en esa palestra de la farándula, de estar ahí presente, y eso a mí nunca me ha atraído. Me atrae crear, componer, producir, cantar en vivo, ser cantautor, no hay mayor placer de hacer esto desde la honestidad, porque a la larga, el día que uno se vaya de este escenario, lo único que quedará es que hayas trabajado con convicción, con ética y principios. Aunque muchas veces eso no te da dinero, pero lo que tienes es una inmensa felicidad.
¿Tu proceso de crear canciones se ha mantenido desde tus inicios? Cuando me inicié como solista, agarré una guitarra, una grabadora y una libreta, y ahí salieron todas las canciones del primer disco; opté por el método de retirarme para pensar realmente qué es lo que quería proponer. El segundo disco lo hice realmente caminando por toda Lima, un homenaje a la ciudad y es muy curioso que las canciones que compuse para ese disco, se reflejan cuando voy caminando por París, por Madrid principalmente, como si hubiera una conexión cósmica. Hay canciones que por ejemplo me han salido en un avión o regresando de cantar en Buenos Aires, o caminando, cruzando el parque.
Totalmente ecléctico tu método. Lo que trato de mantener es algo que aprendí en la época en la que estudié teatro, y es estar totalmente conectado con uno mismo, y mantener la capacidad de sorprenderte.
¿Qué le dirías a los jóvenes que quieren hacer música de autor y temen que la industria los excluya? Que crean en ellos mismos, que lo hagan sin miedo, que se atrevan simplemente y que no dependan de críticas, ni de moda, que ni siquiera piensen en dinero, que piensen en hacerlo porque realmente como decía el poeta: les arda desde adentro.
La magia de la música por sobre todo. La música une nuestros propios pedazos y también nos conecta con la gente, yo creo que las palabras generan realidades. Si vamos a vivir atemorizados con lo que queremos hacer, nunca vamos a hacer nada.