“Antes de la pandemia  y de la última tormenta política ya existía una desarticulación entre el crecimiento económico (boom gastronómico) con la pequeña agricultura y la pesca artesanal”, comenta Andrés Ugaz de cocinapar.org
“Antes de la pandemia y de la última tormenta política ya existía una desarticulación entre el crecimiento económico (boom gastronómico) con la pequeña agricultura y la pesca artesanal”, comenta Andrés Ugaz de cocinapar.org

En algún momento este país tendrá un nuevo gobierno. Cuando pasemos a modalidad “hagamos país” espero que estas humildes líneas lleguen como una botella lanzada al mar a quién tome decisiones sobre alimentación, cocina y desarrollo rural. Antes de la pandemia y de la última tormenta política, ya existía una desarticulación entre el crecimiento económico –boom gastronómico– con la pequeña agricultura y la pesca artesanal. En los últimos meses esta situación se agudizó y al mismo tiempo, se nos presenta una oportunidad histórica de establecer vínculos justos e incluir a las familias de productores, transformadores de productos y pescadores artesanales en la reactivación económica, donde el estado jugará un rol fundamental.

Desde la oferta

Son 2.5 millones de familias de pequeños agricultores en todo el Perú, que abastecen al 75% del consumo nacional. La pesca artesanal representa a 70 mil familias en todo el Perú y abastece al 71% de nuestro consumo interno. En ambos casos con una articulación aún injusta.

De la Demanda

El consumo de los hogares y el agregado económico que significan serán fundamentales si es que tomamos en cuenta uno, el perfil del consumidor (valora los procesos limpios y solidarios) y los lugares donde se ha venido abasteciendo:

-Agroferias Urbanas en las grandes ciudades del Perú

-Panaderías, mas de 20 mil a nivel nacional

-Supermercados (con cada vez mas productos artesanales y de la pequeña agricultura)

-Bodegas (hay medio millón en todo el Perú)

PROPUESTAS

El modelo de agroferias campesinas en Magdalena del Mar, integra a más de 80 productores de 20 regiones del Perú. Ha superado el reto más difícil en sus 8 años de vida. Modelo  resiliente referente para articular  además a la empresa privada, municipios y Ministerio de Agricultura.

Según Aspan, son más de 20 mil panaderías en todo el Perú. Desde Kala Tanta –y disculpen la autoreferencia– la panadería que junto a mi esposa dirigimos, hemos comprobado que los insumos peruanos y harinas nacionales tienen una gran respuesta de los hogares. Un programa de incentivos y sellos de reconocimientos pueden sumar a la red de panaderías a nivel nacional.

El programa de alimentación escolar Qali Warma, acaba de hacer una compra histórica en Junín, de papas nativas. De ahí el potencial de incluir a más de 711 mil familias paperas, pero sobre todo vincular a la pequeña agricultura a un programa que debe alimentar todos los días a 4 millones de niños en 50 mil colegios de todo el Perú, durante 9 meses al año.

El sector Horeca, restaurantes, hoteles y afines con más de 200 mil unidades productivas. En esta línea el Mincetur, Produce y el MEF, pueden generar incentivos tributarios y sellos de reconocimiento a las empresas del sector gastronómico que compren a la pequeña agricultura.

El turismo gastronómico nacional, implica la habilitación de áreas rurales y recorrido urbanos para recibir a las familias que empezarán a viajar a tramos cortos. Ver la Ruta de la Papa en Ayacucho, Condorcocha; la Ruta del Callao o los tramos que prepara el Gobierno Regional de Huancavelica para el turista nacional. El turismo gastronómico está en condiciones de vincularse a las agendas inmediatas del territorio, via un registro y  formalización de emprendedores familiares, de las cocinas de vereda, pequeños agricultores y pescadores artesanales; colonización de espacios con vocación turística, dotándolos de señalética, seguridad y mejor ornato. El Mincetur es el indicado para generar productos turísticos con los gobiernos regionales y municipios. Y Promperú en su estupendo rol de difundirlos.

Cerrando brechas

Las brechas se irán cerrando desde una mirada multisectorial desde el estado, academia y la sociedad civil organizada para fortalecer al pequeño agricultor y pescador artesanal como proveedor del sistema alimentario dinámico. El proyecto Cocina Par, junto a la PUCP y el FIDA, cuenta con evidencia desde casos en el Perú, Chile y Bolivia donde la formalización, innovación, cadena de suministros, modelo de negocios, sostenibilidad y estrategias de comunicación, demostraron que la cocina con identidad ejerce su función más poderosa: Conectarnos y proyectarnos al otro.