Perú es uno de los países de la región que ha tomado las medidas más drásticas contra el Covid-19. Entre ellas figuran la cuarentena obligatoria que recientemente se prolongó hasta el próximo 12 de mayo. Ante esto, las autoridades sanitarias siguen pidiendo a los ciudadanos que eviten los desplazamientos innecesarios y que permanezcan en sus casas para salvaguardar su salud y la de los demás. Con esta ampliación y viendo que los restaurantes no van a poder abrir sus puertas hasta nuevo aviso (muy probable en el 2021), el envío de comida a domicilio se vuelve una alternativa para que muchos negocios puedan operar y sobrevivir durante este tiempo incierto.

En otros países de la región, el delivery no se ha cancelado e incluso muchos locales de alta cocina están adaptando sus menús para poder enviarlos a las casas y lograr una experiencia agradable para sus comensales.

SEGUIR REMANDO. El chef Virgilio Martínez afirmó en una entrevista a “El Trinche” que entre sus próximos planes “Central va a quedar igual, pero Kjolle tiene más aceptación local y vamos a hacer una carta más grande, así como el retorno de Mayo (el bar)”, señaló.Otros espacios están pensando en ofrecer no solo platos listos en cartas más pequeñas, sino también packs de comidas para preparar en casa o menús semanales.

Pero comenzar a operar por delivery es un tema amplio, que el gobierno sigue evaluando. Ante todo está garantizar las medidas sanitarias necesarias para todo el personal que se encargará de elaborar y empacar la comida (sin contar que deberán trasladarse desde sus casas hasta su centro de trabajo, ida y retorno). Luego, se deberá contar con empaques y sellos necesarios para que nadie abra o manipule los alimentos desde que salen del local. Y cuando lleguen a su destino, también haya un protocolo de desinfección en la entrega.

El transporte es otro tema complejo. Lo ideal sería que el mismo local garantice una movilidad directa, ya sea bajo su mismo personal (los que tienen delivery como pollerías) o como una forma de emplear, por ejemplo, a mozos que ya no van a atender público, pero cuentan con medios de autos, bicicletas, etc, haciendo que la cadena sea responsabilidad de un solo establecimiento.

Por otro lado, la demanda será tal que tendrán que recurrir a aplicaciones que garanticen medidas sanitarias rigurosas. No obstante, estas cobran a los locales altas comisiones que para muchos significa entregar una gran parte de sus ganancias por plato vendido. También está la crisis en muchos hogares, que no podrán acceder a la comida fuera de casa con la misma frecuencia.

Una situación delicada, donde restauranteros y trabajadores tendrán que darlo todo para garantizar a sus comensales, pedidos con los mejores estándares sanitarios.