Consume local
Consume local

Hace un tiempo, cuando almorzamos con una amiga cocinera en una cevichería local, pedimos fue un ceviche de trucha que nos llamó la atención por los cuadrados grandes, gordos y sabrosos que no tenían nada que envidiarle a cualquier ceviche de pescado blanco.

Yo le había comentado que no solía comprar trucha porque la que encontraba en supermercados solía ser pequeña y con muy poca carne, por eso buscaba otro tipo de opciones. Ese día, mi amiga me contó que conocía un proyecto de truchas en Arapa, Puno. Me sugirió que pidiéramos una y le tomáramos fotos. Grande fue mi sorpresa cuando llegó al estudio una trucha grande, gorda, de un color naranja hermoso.

Fue así como me enteré de que en 1989 los pescadores del lago Arapa, preocupados por la escasez de peces, deciden criar truchas en las comunidades ribereñas del lago y así nació su proyecto.

Buenas costumbres

Las truchas las crían en el lago Arapa, ubicado a 3820 m s.n.m, donde se respeta el ciclo productivo de las aguas de manantial y del lago mediante un sistema de crianza y alimentación lo más natural posible, produciendo a pequeña escala, utilizando botes a remo, evitando el ruido y la perturbación del hábitat de las truchas y con poca incursión del hombre. Su filosofía es demostrar que se puede criar trucha orgánica de excelente calidad con un desarrollo sostenible y con responsabilidad social.

Su producto es de primera calidad y sobre todo natural, sin uso de antibióticos y/o químicos. Así logran el menor impacto al medioambiente y a la salud de las personas que consumen sus productos. Hombres y mujeres de la zona utilizan los conocimientos de sus antepasados en navegación y pesca, y el centro de procesado cuenta con todas las certificaciones que garantizan la calidad del producto. Actualmente abastecen a varios hoteles y restaurantes de nuestro país. Ofrecen trucha entera, filetes, caviar de trucha y trucha ahumada.

Primero lo nuestro

Mi intención con toda esta historia es criticar por qué si en nuestro país existen productos como este, los restaurantes y consumidores siguen ofreciendo y pidiendo en sus mesas pescados como el salmón, un insumo que proviene de otros países y que, en la mayoría de casos, son de criadero, una práctica que se está tratando de evitar por el impacto ambiental que genera.

Ya muchos cocineros se sumaron en su momento a consumir “La pesca del día”, en vez de especies sobreexplotadas. Con ello, se ha logrado bastante, aunque aún falte trabajo por hacer.

Para mayor información sobre el salmón que se consume en nuestro país, pueden visitar la web www.oceana.org.pe.

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