(Foto: Freepik)
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La cuarentena nos ha obligado a abastecernos de diferentes alimentos para varios días y así evitar salir de casa. Congelarlos es una buena forma de conservarlos porque permite hacer compras en grandes cantidades y disponer de productos de temporada fuera de estación y a buen precio.

La congelación es importante y beneficiosa, sin embargo, no respetar las normas correctas, tanto a la hora de congelar alimentos como de descongelarlos, puede ocasionarnos un riesgo alimentario. Por eso, Leslye Carnero Aros, nutricionista, nos brinda las siguientes recomendaciones:

Carnes y pollos:

· Congelación: La manera correcta de congelarlos es en papel film o bolsas herméticas en porciones de 200 a 250 gramos. De esta manera, evitamos la desecación o que la carne se queme por el frío y, al descongelarlas, utilizaremos solo lo que consumiremos. Aunque la temperatura ideal es -18°C, las congeladoras caseras llegan hasta -5°C, permitiendo que la carne se congele sin perder sus jugos y proteínas, y tampoco cambie su sabor ni su olor. Si la carne no tiene mucha grasa puede conservarse entre 6 y 12 meses. Pero, aquellas que tengan más grasa, como las chuletas de cerdo, tienen una duración de 3 hasta 6 meses.

· Descongelado: Deben descongelarse de forma natural, por eso si queremos consumir alguna debemos sacarlas con anticipación de la zona de refrigeración. Por ejemplo, antes de ir a dormir podemos bajar las porciones seleccionadas hacia otra zona del refrigerador. Por ningún motivo debe descongelarse exponiéndose al medio ambiente o usando microondas, ya que estropea la textura y el sabor de las carnes.

Verduras:

· Congelación: La mejor forma es lavarlas, trozarlas y darles una inmersión en agua caliente. Esto sirve para la zanahoria, el brócoli y el choclo. En el caso de la vainita, la cebolla, las habas y el ajo, pueden guardarse directamente en empaques que no contengan aire. Se pueden congelar aquellas que no tengan mucha agua. No deben someterse a este proceso aquellas que poseen hojas como la lechuga, la espinaca y la col porque pierden sus nutrientes.

· Descongelado: Lo recomendable es no descongelar las verduras, sino usarlas directamente en las comidas que vamos a cocinar, ya que así mantienen sus propiedades nutritivas. Si las verduras ya fueron descongeladas no deben volver a congelarse en ningún caso. Por eso, recomendamos separarlas en porciones para optimizar la duración de los alimentos.

Frutas:

· Congelación: Las frutas pequeñas como el arándano, el aguaymanto y las uvas deben lavarse, escurrirse y empacarse en pequeñas bolsas herméticas. El plátano, la lúcuma, la chirimoya y la guanábana se conservan mejor si los convertimos en puré, les agregamos dos gotas de zumo de limón y las guardamos en un recipiente cerrado. En el caso de la piña, la papaya, el mango y el durazno, lo mejor es trozarlos y empacarlos sin aire.

· Descongelado: Si las frutas están enteras o trozadas, lo mejor es sacarlas del congelador y colocarlas en una zona menos fría dentro de la refrigeradora durante 24 horas. Si se quiere descongelar los purés de frutas, lo mejor es hacerlo a través de un baño maría en mínima potencia para que sea un proceso lento.

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