Astrid y Gastón también tuvo que reinventarse, primero al servicio de delivery y la oferta de platillos que fueron parte de la historia del restaurante
Astrid y Gastón también tuvo que reinventarse, primero al servicio de delivery y la oferta de platillos que fueron parte de la historia del restaurante

Aún recuerdo cuando abrió el local de Astrid y Gaston en Cantuarias. La cocina a la vista del comensal fue una de las novedades de la época. El tipo de cocina era francesa clásica, conchas con poro, magret de pato al punto perfecto acompañado de un cremoso pastel de papa. Milhojas de camarones o una corvina con costra de papas. De postre un crujiente y cremoso creme brulé, o crepes de manzana calientitos, sin duda de los mejores de Lima.

Todos sabemos que sucedió después y cómo la cocina francesa de aquel local tan concurrido en Miraflores cambió radicalmente, agregando insumos y técnicas peruanas. Revalorizaron no solo nuestra cocina, sino que llevaron por todo lo alto al productor y su trabajo.

Le dieron la misma importancia a la barra del local que al salón. Logrando una carta de bar sólida, y con mucho sabor local. El pisco volvía a beberse en Lima. Muchos comensales desertaron en el camino, al ver en su carta francesa de siempre, cuy, papas nativas, ajíes, aguaymantos o maíz morado. Pero así como unos se fueron, otros llegaron atraídos por el sabor de casa y sus tradiciones.

MUDANZA. Desde 2014, Astrid y Gaston da un paso más y se muda a la remodelada Casa Moreyra. Un local donde el Perú, su gastronomía y sus insumos son las estrellas. Desde el 1 de marzo de 2019 la cocina está a cargo de Jorge Muñoz quien aceptó con mucho entusiasmo y un sinfin de ganas el reto. Pero desde hace unos meses, debido al Covid-19 los planes cambiaron radicalmente para todos los restaurantes del país. Y Astrid y Gaston también tuvo que reinventarse. Primero al servicio de delivery, que han sabido adaptar con las mejores medidas de seguridad. Ofrecen platillos muy bien presentados que son una selección de aquellos que fueron parte de la historia del restaurante durante estos 26 años.

Y desde hace unas semanas, abrieron nuevamente sus puertas con nuevos y amplios espacios, el mundo dulce de Astrid, y una carta que viaja en el tiempo hacia un mismo destino: el amor por la cocina peruana.

Aparte de su carta normal, donde se encuentran platillos como ceviche clásico, erizos de marcona acevichados, pulpo a la brasa en salsa de anticucho (platillo de 1999) o ravioles de zapallo loche, entre otros, el restaurante ofrece un menú degustación que varía de acuerdo al día. Es así que los martes pueden volver a los años 90 con un menú que incluye los clásicos franceses de la casa como las conchas con poro o milhojas de camarones. Los miércoles son de brasas con platillos hechos en el Josper del local. Asado de wagyu con pastel de choclo o mollejas amelcochadas con salsa nikkei son algunas de las opciones. Los jueves pueden degustar los clásicos de siempre como el cuy pekines, o arroz meloso con camarones y el viernes es el reencuentro. Donde podrán degustar un menú con lo mejor de la propuesta actual del restaurante y del chef Jorge Muñoz.

Los 3 primeros menús cuestan 69 soles por persona; y el del viernes 89. Todos incluyen café, agua, infusiones y pan de la casa. Cabe mencionar que los cupos son limitados y los menús varían cada cierto tiempo, así que recomendamos consultar sus redes o página web antes de reservar. Pero sin duda, es una excelente opción para degustar la deliciosa propuesta de este restaurante que es parte importante de la historia de nuestra gastronomía.