“Es necesario que el mercado se abra, que incorporemos al chocolate fino nacional en nuestros gustos y en el carrito de compras”, comenta Vanessa Rolfini de Rutas golosas
“Es necesario que el mercado se abra, que incorporemos al chocolate fino nacional en nuestros gustos y en el carrito de compras”, comenta Vanessa Rolfini de Rutas golosas

Perú se destaca por la biodiversidad de sus cacaos. Es el territorio con mayor cantidad de variedades genéticas. Un caso excepcional con muchos pendientes, que serán tema de otro texto. Pero, ¿qué pasa con el chocolate? Tal como sucede con los hechos que se desarrollan muy rápido, necesitamos tiempo para asimilarlo. Tantas mejoras no han sucedido por obra y gracia de un espíritu divino, sino, porque existe mucha gente empecinada en eso, a pesar de las condiciones adversas.

En la última década se ha avanzado consistentemente. Recuerdo con nitidez mi primer encuentro con el chocolate peruano, cuando cubrí como periodista Mistura en 2012, y me parecía que había ejemplos bastante buenos, pero nada excepcional. Cuánto se ha avanzado desde entonces. Constantemente, pruebo tabletas que merecen todo tipo de halagos. Personalmente, me conmueve la cantidad de comunidades, cooperativas y artesanos comprometidos en elaborar productos a la alta factura.

entonces ¿qué falta?. Sin embargo, además de cacao de calidad y equipos, se requiere más conocimiento y práctica. Contar con información sobre la composición de las habas para procesos de post cosecha más asertivos, análisis de laboratorio, estudiar los gustos del mercado local, mejores equipos de fabricación. No es tan simple como poner a moler granos en una máquina, el mercado del chocolate en el mundo ha avanzado, y está lleno de tantas sutilezas como el vino, por ejemplo.

Entonces, urge asistencia técnica en todo sentido. Tenemos un gran producto, pero otros países nos llevan ventaja porque tienen una tradición más arraigada y más recursos. Me encantaría ver que maestros chocolateros nos visiten y den asesoría técnica. Me parte el corazón cuando pruebo tabletas que no dan la talla, elaboradas con cacaos extraordinarios. También es necesario entender que el chocolate tiene muchos usos y que no solo las tabletas merecen toda la atención, sino que hay que diversificarse. Otro pendiente es hacer que el buen chocolate nacional ofrezca precios competitivos, opciones que atraigan a más consumidores, y un punto crucial: apoyo de las autoridades. Aún me parece increíble, que a las tabletas hechas con materia prima inmejorable, con procesos artesanales y sin aditivos, los obliguen a poner octógonos, que en la mayoría de los casos no proceden. Quiero pensar que hay mucho desconocimiento.

La próxima semana se realizará el XII Salón de Cacao y Chocolate Peruano del 30 de septiembre al 3 de octubre, en formato virtual y presencial en el Centro de Convenciones de Lima. Estarán presentes productores de cacao y fabricantes, además, volvió la competencia nacional de chocolate y habrá todo tipo de actividades, foros, conferencia, catas, para conocer este alimento que ha demostrado ser motivo de orgullo. Una vitrina extraordinaria para saber y probar lo que sucede. Es necesario que el mercado se abra, que incorporemos al chocolate fino nacional en nuestros gustos y en el carrito de compras. Este sector crecerá y se fortalecerá con el compromiso de todos.

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