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Un sapo humano y una cabeza antropomorfa son los nuevos relieves de unos 3800 años de antigüedad descubiertos en uno de los edificios de la civilización de , la más antigua de América conocida hasta ahora, que se desarrolló en los valles del norte de Lima.

La directora de la Zona Arqueológica Caral, Ruth Shady, sostiene que esos relieves representan el regreso del agua tras una época de sequía.

INTERPRETACIÓN

Según Shady, el sapo es, dentro de la cosmovisión andina, un ícono relacionado con las lluvias y el agua del río, imprescindibles para la agricultura, mientras que la cabeza antropomorfa representaría al ser humano que esperaba el agua para darle continuidad a la vida.

La arqueóloga cree que son representaciones para la memoria del colectivo social sobre las dificultades enfrentadas por el cambio climático y la escasez de agua y alimentos.

Los relieves fueron hallados en Vichama, uno de los centros urbanos de la civilización que tenía al complejo de Caral como capital y que tiene unos 5000 años de antigüedad.

Estas formas se encuentran en un friso ubicado en la antesala de un salón ceremonial, parte de un edificio de 874 metros cuadrados de extensión.