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Koke está a poco de cumplir tres años de edad, aunque su pasaporte y record migratorio es digno de una adulto de promedio. Ha recorrido 18 países, 150 camas diferentes, 66 vuelos y ha ascendido hasta los 4 metros sobre el nivel del mar. ¿Cómo así?

Sus padres, Rubén Señor y Lucía Sánchez son los protagonistas de “Hola, Mundo”, un documental que cuenta la historia de viajar por diferentes continentes con un bebé en brazos. Todo bajo el lema: “ser libres, criar hijos libres, es un objetivo muy honesto”.

Ellos decidieron sacar a Koke de los mitos de mantener a un recién nacido en una habitación. “Comenzó como para tener armas con las que explicar a padres, abuelos e incluso amigos, por qué viajábamos con Koke, que luego fue evolucionado más. Al final, el viaje es solo un hilo conductor, como podía haber sido el arte, la música o los libros... Es documental, al final, va de una forma de encarar la educación de tu hijo”, señala Rubén Señor.

Este pequeño nació en el 2016 y desde los primeros meses empezó a explorar la selva de Papúa Nueva Guinea. De los primero 26 meses de vida, 20 las pasó fuera de España y es mucho lo han aprendido los padres.

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¿Recuerdos? Si bien los ellos son conscientes que el pequeño no recordará ninguna anécdota de dicho viaje. Este podrá tener registro de imágenes y videos. Pero, pese a no recordar esto, la conexión con los padres puede ser mejor.

“Hay muchas vías de recuerdo. Una son las memorias explícitas o declarativas. Pero hay otro tipo de recuerdos. Y por eso es tan importante lo que ocurre durante los primeros años de vida.

Asociamos de una manera implícita personas y acontecimientos con emociones”, explica una de las partes de dicho documental Alberto Soler, psicólogo.

Un arma para socializar. Otro de los factores a favor de viajar a un bebé es que te permite socializar de manera más simple. “Viajar con un bebé es como llevar un arma de socialización masiva. El niño se convierte en un generador de empatía entre adultos”, señala el padre.

¿Y si se enferma? El miedo a que se enferme está siempre presente, claro que algunos especialistas afirman que el viaje no debería tener ninguna afectación negativa.

Lo que pone a prueba dicha burbuja de sobreprotección en la que se encierra al niño y se ha ido enseñando de generación en generación.