Descubre por qué tu cerebro se obsesiona cuando eres rechazado en el amor

“Lunes azul”, es como muchos científicos han decidido llamar a esas 24 horas en las que una ola de remordimiento, nostalgia, ansiedad y tristeza invade a un gran número de personas.

Para el psicólogo Cliff Arnall, catedrático de la Universidad de Cardiff, el tercer lunes del año es el peor de los 635 que conforman cada anualidad.

Aunque aún no se cuenta con datos científicos sobre el “Lunes Azul”, para muchos este periodo puede estar relacionado con el comienzo con una nueva etapa como soltero. Es decir, todos aquellos que por diversas razones terminaron una relación justo antes de iniciar el año, se encuentran en una etapa de incertidumbre que les genera dolor y sufrimiento.

Sea cual sea el momento, no es sencillo para ninguna persona superar la idea de que alguien nos dejó de amar.

Recientemente se descubrió que esa sensación de necesitar a alguien, al margen que esa persona no sienta amor por nosotros, responde a un fundamento biológico: mayor rechazo, mayor ansiedad. Por lo tanto a mayor sea la negativa de la expareja a regresar, más intensa se volverá la obsesión por ella.

De acuerdo a un estudio publicado en una edición de “Journal of Neurophysiology”, el amor no está lejos a convertirse en una adicción tan poderosa como la dependencia a la cocaína.

A mayor rechazo, mayor ansiedad

En un estudio, en el que se analizaron 15 cerebros que habían sido, recientemente, rechazados se observó - según la antropóloga y bióloga de la Universidad Rutgers, Helen Fisher – que al observar una fotografía de su ex y posteriormente una de alguien desconocido, la actividad más alta durante el experimento se encontraba en el área cerebral que reacciona cuando se posee una adicción profunda a la cocaína.

Ello significa que el rechazo de una pareja y el intento por superarlo, genera reacciones psicológicas y fisiológicas reales. Ello implica también dolor físico, ansiedad, apego y dificultad para tomar decisiones cuando alguien que queremos decide alejarse.

Por otro lado, los impulsos que hacen que una persona extrañe a otra puede llevar a una obsesión perjudicial. Y de ello se deriva acciones nocivas para ambas partes. Los especialistas señalan que cuando no se logra enfrentar con el rechazo se empieza a tener conductas como el acoso, la desesperación, el dolor, la depresión o la negación.

Solución

Para los expertos, de la misma forma que la abstinencia logra curar una adicción a cualquier droga, para superar una ruptura se debe recurrir a lo mismo. Nulo contacto con la persona y evitar las cosas o situaciones que contribuya a recordar a esa persona. Ello contribuirá a dejar de lado la necesidad de la expareja o de la idea obsesiva que para ser felices o poder vivir se necesita de la pareja.

Ayudará mucho también, tener nuevas experiencias, así como las distracciones. Ello contribuye a suplir la ansiedad por una dosis de dopamina.

Lo que sea novedoso o divertido hará que el cerebro segregue dopamina y eso es como estar enamorados, señalan algunos expertos.

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