La verdadera historia del "diabólico Mercedes", la limusina preferida de Adolfo Hitler
La verdadera historia del "diabólico Mercedes", la limusina preferida de Adolfo Hitler

Sobre el "diabólico Mercedes" se ha escrito mucho y las historias son a veces contradictorias. En lo único en que coinciden es que era el automóvil preferido de . A partir del libro "The Devil’s Mercedes", de Robert Klara, se pudieron conocer más detalles sobre el auto.

La limusina, que fue construida al gusto del dictador, tenía un peso superior a las cinco toneladas y poseía compartimentos en los que guardaba docenas de armas y balas. 

El Grosser 770K model 150 Offener Tourenwagen fue construido en Alemania antes de la Segunda Guerra Mundial. Con un potente motor de ocho cilindros en línea de 7.700 cc, podía llegar a una velocidad máxima de 80 kilómetros por hora, bastante para la época.

En un inicio, Adolf Hitler la utilizó como elemento propagandístico, pues parado en el asiento de acompañante, saludaba a la multitud.

El libro The Devil's Mercedes relata las bizarras y morbosas aventuras de la limusina del Führer. "La gente iba a ver el auto como si fuera el teatro", dice parte del libro lanzado el último febrero.

"Un mito poderoso y a su vez misterioso se desarrollaba a partir de la mística del Mercedes, una mezcla de hechos, suposiciones y el reconocimiento de un verdadero ícono para los nazis", dice Klara.

"Tardaron décadas en darse cuenta de que uno de los autos que habían llegado a Estados Unidos y después a Canadá no era solo parte de los autos antiguos de los nazis, sino que era la limusina personal de uno de los monstruos más grandes que conoció la historia", asegura Klara sobre cómo llegó hasta Canadá.

Según el autor,  Christopher Janus, director de una compañía importadora de Chicago, fue quien adquirió la limusina por 35 mil dólares a una compañía sueca. 

Janus, un hábil hombre de negocios, se dispuso a vender el auto luego de difundir su origen. Decía que Hitler la usó para ir de Berlín a Berchtesgaden con su amante Eva Braun. Y hasta le puso un sobrenombre: "la mascota del Führer".

“Muchas personas se vieron disgustadas y otras contentas por la compra de este auto. Un mito que perduró mucho tiempo creía que el fantasma de Hitler se encontraba en la limusina”, dijo Klara

Tras sacarle el máximo provecho durante cuatro año, y luego de haber recibido ofertas descabelladas, Janus la vendió en 1952 a los coleccionistas de automóviles George Waterman y Kirkland Gibson.

En 1973, la limusina se vendió por 153 mil dólares en una subasta de autos en Arizona, y llegó a convertirse en el auto más caro del mundo.

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