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Cada día Donna Gunner, una británica de 51 años, consumía 4.170 calorías gracias a las 30 latas de Coca Cola que comenzaba a beber ni bien despertaba. Hizo lo mismo durante 20 años.
Su consumo de bebida gaseosa era tan alto que bebía el equivalente a 1 kg de azúcar por día, lo que, a la larga, afectó su salud.
Gunner contó al portal The Mirror que este hábito le constó 69.000 dólares en total. Subió varios kilos y desarrolló diabetes tipo II y problemas de presión arterial.
La mujer dijo a dicho medio que se volvió "totalmente adicta" y que cuando decidió dejar la Coca Cola atravesó un "síndrome de abstinencia".
"Sentía sacudidas, dolores de cabeza y ansias como una drogadicta, pero sabía que tenía que cambiar", afirmó.
Pero ahora dice estar arrepentida por la cantidad de desperdició. Ahora ha mejorado su salud, pero acepta que a veces siente el deseo de beber una Coca Cola.