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“Cuando uno vuela descubre por qué los pájaros cantan”, afirma el excampeón nacional de paracaidismo de la prueba de estilo en 1983, César “Chino” Castillo. Con esta frase busca animar a las personas a disfrutar de una gran experiencia, así como fomentar las prácticas aerodeportivas, el cual es su máximo objetivo. Para este propósito fundó, junto a Gerardo Cortada, Nani Elías, Fernando Castillo y Juan Torre, el aeroclub “Alas del Mar”, un espacio donde da a conocer las diversas categorías como el paracaidismo, aeromodelismo, vuelo de planeadores y ultralivianos.

¿Cuál es la situación actual del Perú en prácticas aerodeportivas?

Nuestro país es el más atrasado en aviación en América, ni me quiero comparar con África. Somos un país que tenemos una tremenda costa desértica, la Cordillera de los Andes y la selva peruana, entonces, cómo pensar en desarrollo en el país sin aviación. No puede ser. Perú debería ser una nación aerodeportista por excelencia. Jorge Chávez es nuestro ejemplo.

¿Hace cuánto no destacamos en el extranjero?

Desde los años 70 el Perú destacó con los Ángeles Negros, un excelente equipo de paracaidistas. En los años 80, Sara Montenegro (mi esposa) fue la campeona panamericana de paracaidismo. Lamentablemente con la crisis económica que nos atacó durante los años 80 y 90, y la posterior venta del aeródromo de Collique que cerró las actividades de paracaídas, dejamos de obtener medallas. Ya van 10 años desde que el Perú no ha tenido un solo campeón de paracaidismo.

¿Cuáles son las principales trabas?

La falta de apoyo por parte de las autoridades. El año pasado un parapentista peruano viajó a Argentina para participar en una competencia y no le permitieron entrar en la escala de puestos porque la Federación Peruana de Aerodeportes no aportó la cuota establecida a la Federación de Aeronáutica Internacional (FAI). Otro obstáculo es el trámite que se tiene que realizar para adquirir el combustible de las avionetas. La compra de este sigue siendo muy costosa. Además, se tiene que hacer un trámite tremendo.

¿Qué papel juega “Alas del Mar” en esta problemática?

Este aeroclub no es un negocio. Sí cuesta, hay que solventar los gastos y para eso hacemos los paseos al público por el sur chico en ultraligeros que nos permiten dar a conocer a la gente lo que es volar. Queremos sembrar en ellos el “bichito” de lo que es el vuelo. Lo que sobra del dinero nos ayuda a mantener en buen estado las pistas, para comprar los repuestos, la gasolina. Realmente “Alas del Mar” promueve esta actividad. El costo del vuelo es de S/. 100 por 15 minutos.

¿Qué actividades promueven?

Son múltiples. Hay cursos de paracaidismo que se aprenden en tan solo cuatro sesiones, y las clases de vuelo de planeadores y ultralivianos en un máximo de 20 clases. También promovemos el aeromodelismo, que es el arte de hacer volar aeroplanos de pequeños tamaños con radiocontroles, y los amantes de los aviones tienen la posibilidad de armar su propio planeador, apoyado por un mecánico experimentado.

¿Qué pedido le haría a las autoridades?

Que se instruya a los trabajadores de la Sunat porque es el organismo fiscalizador de las rentas y los ingresos, pero es una entidad muy difícil. Las liberaciones de impuestos son vistas como una piratería, un contrabando y muchos de los aviones se quedan durante meses solo porque el instructor de esta entidad alarga el trámite. Faltan políticas del Estado para que los trabajadores públicos entiendan qué cosas aportan beneficios a la sociedad. El desarrollo de los deportes, sean aéreos, náuticos o lo que sea, refuerzan el espíritu de la juventud.