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Mientras hubo algarabía y fiesta en muchos hogares por la llegada de la Navidad 2016 y el año nuevo 2017, Jesús Corimanya Wagner estaba en su “casa”, un pedazo de terreno en la zona auxiliar del Parque Industrial de Tacna, preparándose algo de comida en su cocina artesanal al aire libre y cuidando a las crías de una perra que acaban de envenenar.

Jesús es un personaje más de Tacna, de unos 60 años, y por cuyas venas corre sangre austriaca. En su juventud vivía en la comodidad y amaba la moda western, pero ahora parece un indigente con las características físicas de un extranjero, e incluso la gente lo confunde como orate y teme acercarse a él.

Los golpes en la vida volvieron desconfiado a Jesús. Cuenta que nació en Tacna, y por su ascendencia extranjera integró comunidades internacionales. Llevaba ayuda a personas necesitadas y se encargaba de recibir donaciones en la casa que le cedió una familia canadiense en el distrito de Pocollay, pero luego fue desalojado y el predio usurpado.

“Hace 30 años fui instructor de gimnasio y saqué muchachos campeones, con el paso de los años sentí la injusticia en la sociedad y tuve que hacer de ‘mil oficios’. A principios del siglo era vigilante de locales nocturnos, me contrataban porque daba respeto (por su seriedad, contextura gruesa, barba crecida, y vestimenta de camisa a cuadros, pantalón jean, sombrero y botas tejanas). Hace 5 años vivo aquí (casa de latas viejas) con mis perros y recorro las calles con mi triciclo para recolectar chatarra, luego vendo el fierro para algo de dinero”, dice.

MALDAD

De algo que reniega es de la maldad de algunas personas. Su covacha está en la cima de una pendiente, en la avenida Jorge Basadre, frente a la manzana E del Parque Industrial. Denuncia que por las noche personas desconocidas llegan para molestarle, incluso dejan bocados con veneno para sus canes.

“No soy loco, mi coheficiente intelectual incluso es más alto que el de muchos que me miran mal”, señala con mortificación.

CINCO CANES HUÉRFANOS

Ángel Huanca Jareca, exalcalde de Pocollay, en el Día de Bajada de Reyes llevó una canasta navideña a Jesús, y el llamado “Papá de perros” se alegró por el gesto; luego dijo que un representante de la empresa Plaza Vea también había llegado hasta él con bolsas con comida para canes. “Todo alimento enlatado o embolsado es bien recibido”, dijo.