Un 67 % de jóvenes prioriza el bienestar en sus compras, lo que obliga a las marcas a ofrecer más que funcionalidad y conectar con valores emocionales, sociales y digitales.
Un 67 % de jóvenes prioriza el bienestar en sus compras, lo que obliga a las marcas a ofrecer más que funcionalidad y conectar con valores emocionales, sociales y digitales.

El bienestar ya no es una tendencia pasajera, sino una expectativa transversal que redefine el consumo juvenil en Latinoamérica. Según el informe Decoding Wellness de Kantar (2024), el 67 % de los jóvenes latinoamericanos prioriza el bienestar al decidir sus compras, mientras que el 54 % está dispuesto a pagar más por productos o servicios que fortalezcan su salud integral.

Este nuevo escenario, conocido como “wellness market”, abarca no solo la salud física, sino también el bienestar emocional, mental, digital y colectivo. Para las marcas, implica un cambio profundo: pasar de vender productos funcionales a construir experiencias con significado.

“El bienestar transforma la manera de consumir. Las generaciones jóvenes buscan marcas que se alineen con su visión de vida, no solo con su necesidad inmediata”, explica Willard Manrique, CEO del Grupo Crosland y especialista en Dirección Comercial por el PAD.

En el Perú, la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDES 2022) confirma esta tendencia: los jóvenes integran cada vez más actividades como yoga, running, meditación guiada y el uso de apps de autocuidado a su día a día, al tiempo que optan por opciones de consumo saludable.

Tres generaciones, tres visiones del bienestar

  • Millennials (25-40 años). Valoran el equilibrio práctico y sostenible: desde apps de finanzas hasta alimentación organizada y productos eco.
  • Generación Z (10-24 años). Priorizan la salud mental, la diversidad y la autenticidad. Buscan marcas que normalicen el autocuidado, abracen causas sociales y rechacen estereotipos estéticos.
  • Generación Alpha (menores de 10 años). Aún sin poder de compra propio, influyen en el hogar. Crecen en un entorno físico y digital integrado, donde el bienestar se vincula con lo lúdico, lo educativo y lo emocional.

De lo funcional a lo aspiracional

Para Manrique, el bienestar se ha convertido en identidad:

“En un mercado donde el bienestar es identidad, las marcas ya no compiten solo por precio o conveniencia, sino por confianza, propósito y coherencia”.

En este nuevo contexto, las compañías que no logren adaptarse a la lógica del “wellness market” quedarán fuera de la conversación de las nuevas generaciones.

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