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La expresidenta argentina  (2007-2015) lanzó ayer públicamente el espacio político "Frente de Unidad Ciudadana" para competir en las elecciones legislativas del 22 de octubre y "poner un límite al Gobierno y al ajuste", pero mantuvo la incógnita sobre su candidatura.

En un multitudinario acto en la localidad bonaerense de Sarandí, ante unos 50.000 asistentes que colapsaron el estadio "Julio Grondona", la expresidenta pronunció un discurso visiblemente emocionada en el que, sin nombrar directamente al presidente argentino, Mauricio Macri, cargó contra sus políticas económicas.

"Los convoco a la unidad ciudadana, a la unidad de todos los argentinos y las argentinas, porque estoy convencida que esta etapa histórica de agresión neoliberal a todos los estamentos de la sociedad no es una cuestión de partidos políticos", exclamó ante un público enfundado en banderas albicelestes.

Para enfrentar las consecuencias de esa "agresión neoliberal", Fernández lanzó su nueva coalición política, que agrupa a las principales fuerzas que conformaron el peronista Frente para la Victoria (FpV) con el que ella y su fallecido marido, Néstor Kirchner (2003-2007), accedieron a la Presidencia.

Aunque esa formación, que busca competir en la provincia de Buenos Aires, el primer distrito electoral del país, no integra a priori al Partido Justicialista (PJ), la principal formación del peronismo, cuenta sin embargo con el apoyo de la mayoría de los intendentes de la provincia de Buenos Aires de esa fuerza.

También tiene el apoyo del presidente del PJ en la provincia, Fernando Espinoza, y del vicepresidente, el excandidato presidencial Daniel Scioli, que asistieron a apoyar a la dirigente en el acto de hoy, en el que actuó como única oradora.

El exministro de Economía Axel Kicillof, el líder de la agrupación juvenil kirchnerista La Cámpora e hijo de la expresidenta, Máximo Kirchner, o la intendenta de La Matanza, principal núcleo electoral de la provincia, Verónica Magario, también asistieron a respaldar a Fernández.

La exmandataria no aclaró si competirá en la provincia para obtener un banca en el Senado, y mantendrá la expectativa hasta el 24 de junio, cuando cierra el plazo para que los partidos definan sus candidaturas a las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 13 de agosto, antesala de las legislativas.

Mientras tanto, el liderazgo del PJ se dirimirá en las primarias entre el exministro del Interior Florencio Randazzo y otros dirigentes del PJ, aunque hoy varios líderes kirchneristas llamaron a que el resto del peronismo se articule también bajo la nueva formación de Fernández.

No obstante, la idea del kirchnerismo es presentar una lista única para no dividir al electorado bonaerense en las primarias, una estrategia que también aplicará el oficialismo en la mayor parte de las provincias del país y que ha suscitado un debate sobre la utilidad real de las primarias obligatorias.

Con este tablero político, y a la espera de los acuerdos que se puedan forjar en los días sucesivos, el peronismo se presenta dividido en tres frentes: el de la expresidenta, el del justicialismo que busca liderar Randazzo y el del diputado Sergio Massa, que se alió con el socialismo para los próximos comicios.

El oficialismo, que concurre unificado prácticamente en todas las provincias, ve con buenos ojos esa división de cara a unas comicios que sirven como balance electoral de la gestión del Gobierno en sus primeros dos años.

Los argentinos renovarán con su voto en octubre un tercio (24) de las bancas del Senado para el periodo 2017-2023 y 127 de los 257 escaños de la Cámara de Diputados para el siguiente cuatrienio.