La Cámara de Diputados de Argentina aprobó por unanimidad una ley que convierte a todos sus ciudadanos en donantes de órganos, salvo hubieran expresado lo contrario.
La "ley Justina" -llamada así por una niña que falleció el año pasado por no recibir un trasplante de corazón a tiempo- deberá ser reglamentada por el ejecutivo para su aplicación.
Además, la norma, aprobada en una emotiva sesión en la Cámara, regula actividades vinculadas a la obtención y uso de tejidos, órganos y células de origen humano en Argentina.
La ley señala también que se podrá retirar órganos o tejidos de una persona mayor de 18 años que no haya explicitado su oposición a donar sus órganos después de su muerte.