Los combatientes rebeldes sirios y sus partidarios celebraron tras entrar en Damasco sin resistencia el domingo.
Los combatientes rebeldes sirios y sus partidarios celebraron tras entrar en Damasco sin resistencia el domingo.

Este domingo, cientos de refugiados sirios residentes en el Líbano cruzaron la frontera de regreso a su país, pocas horas después de que los insurgentes declararan Damasco como “libre” del presidente Bachar al Asad.

En el principal cruce fronterizo entre ambos países, Masnaa, largas filas de vehículos se formaron para entrar a territorio sirio, en un ambiente festivo marcado por consignas como “Alá es grande” y proclamas contra el líder que gobernó el país durante casi 25 años, según reportó EFE desde el lugar.

Marchas espontáneas y concentraciones de personas con banderas de la oposición siria se llevaron a cabo en las inmediaciones del cruce y en localidades cercanas con una alta densidad de refugiados sirios, como Bar Elias.

El gobierno libanés estima que alrededor de 1,5 millones de refugiados sirios viven en el Líbano, de los cuales más de 800.000 están registrados en la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Desde el inicio del conflicto en 2011, cientos de miles de sirios huyeron de su país debido al temor a la represión gubernamental y militar, con muchos de ellos buscando refugio en el Líbano.

La declaración de Damasco como “libre” se dio tras una ofensiva de 12 días liderada por una coalición encabezada por el grupo islamista Organismo de Liberación del Levante, con el apoyo de Turquía y otras facciones opositoras, con el objetivo de derrocar al Gobierno sirio.

El primer ministro sirio, Mohamed Ghazi al Jalali, aseguró este domingo que está dispuesto a colaborar con “todo sirio comprometido con preservar las instituciones del país”. Los insurgentes, por su parte, anunciaron que las instituciones públicas seguirán bajo la supervisión de Al Jalali hasta que sean “entregadas oficialmente”.