El gobernador de Florida, Ron DeSantis, desestimó las acusaciones de la alteración de cifras de COVID-19. (AFP/JOE RAEDLE).
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, desestimó las acusaciones de la alteración de cifras de COVID-19. (AFP/JOE RAEDLE).

Miami. [AFP]. El gobernador de , Ron DeSantis, defendió el miércoles su gestión luego de que una analista de datos acusara al gobierno de forzarla a alterar los datos publicados sobre el en la página web de estadísticas del estado.

DeSantis desestimó las acusaciones, aseguró que la empleada no era científica ni epidemióloga, que en cambio se negaba a cumplir órdenes de sus superiores y que no debía trabajar allí, puesto que pende sobre ella una acusación de acoso sexual cibernético.

“Lo que ella estaba haciendo era poner datos en el portal que los científicos creían que no eran datos válidos”, dijo DeSantis el miércoles a periodistas.

Así defendió el gobernador los datos publicados por Florida, que muestran una curva "plana" y un enlentecimiento de las tasas de infección, en momentos en que el estado comienza una fase de reapertura clave para su economía.

El debate comenzó cuando Rebekah Jones, encargada de información geográfica del Departamento de Salud, dijo en un correo electrónico a sus colegas que fue reasignada de sus tareas supervisando la página de COVID-19 del estado porque se opuso a alterar algunos datos.

El diario local Florida Today divulgó el contenido del email el lunes y el Tampa Bay Times detalló el martes que Jones se vio forzada a borrar datos según los cuales los floridianos comenzaron a infectarse antes de que se reportaran los primeros casos.

Siguió un revuelo mediático que acabó con el despido de Jones el martes por “insubordinación”, según informó la portavoz de DeSantis, Helen Aguirre Ferré.

Este miércoles, se reportaban más de 47.000 casos confirmados y casi 2.100 muertos en el estado.

DeSantis acusó las “narrativas partidarias” que se esconden detrás de los cuestionamientos a la veracidad de los datos y destacó que Florida ha podido mantener sus números a raya en comparación con otros estados, como Nueva York, Illinois o California.

“Hemos tenido éxito y mucha gente no lo quiere reconocer porque eso desafiaría sus narrativas”, aseguró.