La propuesta de Donald Trump de cerrar Estados Unidos a los musulmanes motivó un repudio unánime que abarca desde la Casa Blanca hasta altos funcionarios de la ONU y jefes de Estado extranjeros, así como a sus rivales republicanos en la carrera presidencial de 2016.
Favorito entre los aspirantes presidenciales por el Partido Republicano, Trump causó estupor al señalar que Estados Unidos debía impedir el ingreso a todos los musulmanes, en una campaña en la que ya trató a los mexicanos como "violadores" y defendió la expulsión de 11 millones de inmigrantes.
"Lo que dijo Donald Trump lo descalifica para ser presidente", declaró este martes en la Casa Blanca Josh Earnest, portavoz del presidente Barack Obama, al evocar las declaraciones "moralmente reprensibles" del precandidato republicano.
"La verdadera cuestión para el Partido Republicano es saber si se dejará conducir hacia la basura de la historia junto a Donald Trump", agregó Earnest, utilizando un inusual tono estridente desde el podio en la Casa Blanca.
El primer ministro británico, David Cameron, consideró las declaraciones de Trump como "simplemente equivocadas", y su portavoz dejó claro que el dirigente está "en total desacuerdo con ellas", una frase que se repitió en diversos idiomas y lugares del mundo.
Manuel Valls, el generalmente discreto primer ministro francés, fue todavía más directo y en un mensaje en la red Twitter afirmó que Trump, "al igual que otros, alimenta el odio y las generalizaciones". (AFP)